Minuto 86:47 del partido en el Camp Nou. Barcelona le ganaba 3 a 1 al PSG pero no le alcanzaba para pasar; necesitaba tres goles más. Sí, tres. Neymar toma un rebote afuera del área grande, se abre hacia la derecha y cae por falta de Ángel Di María. Tiro libre. Minuto 87:24, el brasileño impacta la pelota y convierte un golazo pero casi no se festeja porque hay que sacar de nuevo, hacen falta dos más.
Los hinchas del equipo blaugrana aplauden, también el entrenador Luis Enrique pero el gesto es adusto. Unay Emery, DT de PSG, advierte el peligro y habla con su ayudante.
PSG sólo se saca de encima la pelota y le facilita la tarea al Barça que corre, se mueve, mide la pelota. Es el minuto 88:58 y Messi lanza un pase de fantasía casi desde el centro del campo hacia el punto del penal, donde Luis Suárez cae de manera aparatosa y logra su cometido: penal. Inexistente, insólito, increíble. Pero penal. Fue Neymar el autor del disparo desde los 12 pasos, a los 0:11 segundos de los cinco minutos de adición.
La pelota rebotó en la red y Neymar la tomó para volver a sacar, con la mirada ya fija, puesta en el milagro. El global era 5 a 5 pero pasaba el PSG por el gol de visitante que el Barça, caído por 4 a 0 en la ida, no había podido lograr.
Pero creía. Por sobre todas las cosas creía. Nunca un resultado así había sido remontado en la historia de Europa. Jamás. El Barcelona intentaba y PSG aletargaba. A los 2:09 de los 5 agregados hizo un cambio para que pase el tiempo mientras en la reanudación Suárez buscaba simular otro penal.
De las tribunas bajaban silbidos por las demoras de los parisinos. La cámara tomaba a los dos técnicos y coincidían en el gesto: brazos en alto, a modo de reclamo. Minuto 3:17 y Messi que acelera por la derecha, donde Marco Verratti le comete falta. Tiro libre. Lo ejecutó el argentino sin la calidad necesaria y el centro es despejado apenas dentro del área grande y allí un momento de zozobra porque PSG pudo hacerse de la pelota y definir la serie porque Ter Stegen, arquero del Barcelona, estaba en el área como un delantero más.
Fue el propio alemán quien recuperó la pelota en el minuto 4:10, cuando entonces faltaba menos de un minuto para el final. A los 4:30 Neymar ejecutó un tiro libre al área desde unos 40 metros que fue devuelto por Edinson Cavani para que el brasileño volviera a tomar el balón y allí la épica: con un amague se sacó un rival de encima, hizo una pausa, miró al área, eligió el momento cuando el tiempo era el máximo rival, envió la pelota al área y allí el desmarque de Sergi Roberto para la epopeya, la apoteosis, la locura….
Todos corren, todos se abrazan, lloran, Messi se tiró de cabeza a la tribuna para celebrar con los hinchas, los del PSG no lo pueden creer. Minuto 6:37: final. Final para la historia más heroica de todos los tiempos del fútbol en Europa.
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