Hacía minutos que el árbitro alemán Deniz Aytekin había pitado el final del histórico partido entre el PSG y Barcelona que le dio una increíble clasificación al combinado de Luis Enrique. En medio de los festejos, apareció una de las escenas más inesperadas de todo el partido.
Luis Suárez buscó con desesperación a Lionel Messi en el torbellino compuesto por jugadores, cuerpo técnico y auxiliares para mostrarle el gran amuleto de la suerte: un limón.
El charrúa persiguió al responsable de la Oficina de Atención al jugador, Pepe Costa, le metió la mano en el bolsillo y, ante sus resistencia, le quitó el cítrico para ir a buscar a la Pulga.
Una vez que lo encontró, le gritó: "¡El limón!". El rosarino soltó una sonrisa cómplice, conociendo bien el significado del objeto. Con esta evidencia, la explicación de los involucrados todavía es una incógnita.
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