Barcelona afrontará hoy en el Camp Nou uno de los partidos más difíciles de su historia en competencias europeas al tener que remontar el 4-0 que sufrió ante PSG el pasado 14 de febrero en la ida de los octavos de final de la UEFA Champions League.
De epopeyas futbolísticas sabe el equipo catalán pero pocas veces fue desafiado por una tan grande. La última gran remontada fue hace cuatro años, también en el marco de los octavos de final, cuando regresó de un 0-2 sufrido ante el Milan en Italia, gracias a un Lionel Messi determinante en aquella edición 2012/13 de la máxima competencia de clubes.
Los rossoneros habían ganado en la ida con tantos de Kevin-Prince Boateng (57) y de Sulley Muntari (81). Todo estaba dado para dar el golpe en Barcelona pero el equipo que entonces dirigía Jordi Roura apeló en la revancha a su genio máximo, Lionel Messi, autor de dos goles en el primer tiempo (5 y 39) que le dieron vida al local.
En el complemento, en tanto, sentenciaron David Villa y Jordi Alba, pero antes el argentino había indicado el camino: "Necesitábamos una noche así para poder pasar esta eliminatoria después del resultado que traíamos de Milán y salió todo perfecto, la gente sabíamos que iba a responder, nosotros sabíamos que teníamos que encontrar nuestro juego y lo hicimos, en cinco minutos ya íbamos 1 a 0 en todo momento lo fuimos a buscar y fuimos muy superiores", declaró La Pulga tras aquel partido.
La clave de las opciones de Barcelona para dar vuelta la llave, si es que existen, está en el mismísimo ADN del conjunto culé. Juego, toque, asociación y Messi. "Si el PSG nos metió cuatro, nosotros podemos hacer seis", confió ayer el entrenador Luis Enrique, quien días atrás había reconocido que el equipo depende del rosarino.
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Tras aquella definición de octavos de final Messi dio en la tecla: "Sabíamos que sí queríamos pasar esta eliminatoria teníamos que volver a ser nosotros, nos mentalizamos, lo hicimos y este es el Barça que todos queremos ver", lanzó.
El problema vino luego y tal vez hoy nadie en Barcelona quiera recordar lo que ocurrió porque luego de superar al PSG en cuartos (Messi también marcó en esa llave), luego tocó el Bayern Munich en semis: la ida terminó con un recordado 4 a 0 de los alemanes (Müller x2, Gómez y Robben) y en la vuelta, cuando todos se ilusionaban con la remontada, los germanos de Jupp Heinckes, a la postre campeones de la UEFA Champions League, le asestaron un 3-0 como visitantes en el mismísimo Camp Nou (Robben, Piqué e/c y Müller) y todo terminó para el Barça.
La historia aún está por escribirse y Barcelona, además de tener la ilusión, tiene a Messi.
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