Cuando no se consigue el volumen de juego esperado y la estrategia no funciona, la pelota parada es fundamental. Ese concepto se aplica perfectamente para explicar el motivo de porqué un deslucido Real Madrid no sólo elimino al Napoli, sino que además le ganó 3 a 1 en Italia.
En los primeros minutos quedó claro que la intención del elenco de Maurizio Sarri era conseguir el primer tanto lo antes posible y se topó con un rival, impreciso, duditativo e incómodo en el campo de juego.
A los 24 minutos, los locales encontraron mal parada a la defensa visitante y, tras una rápida triangulación con Hamsik, Dries Mertens apareció libre por el sector derecho del área para poner el marcador 1 a 0 gracias a un remate rasante .
La respuesta del Madrid llegó 4 minutos más tarde con Cristiano Ronaldo, quien sacó a relucir su velocidad, arrastró la marca de dos defensores y definió fuerte ante la salida de Pepe Reina, pero su tiro encontró el palo.
Napoli mantendría su postura y a los 37 minutos casi encuentra el segundo gol en los pies de Mertens. El punta atrapó un rebote entre los centrales del Madrid y definió de primera nuevamente al palo más lejano, pero esta vez el caño le dijo que no.
En el arranque del segundo tiempo, Sergio Ramos saltó más alto que el resto y de cabeza, tras un corner desde la izquierda, puso el 1 a 1 para la euforia de los españoles.
Cinco minutos después, un Déjà vu volvería a descolocar al defensa italiana y Ramos nuevamente, tras un tiro de esquina desde la derecha, puso el 2 a 1, para liquidar la serie que se iba a un contundente 5 a 2.
Sobre el final, aún habría tiempo para que en un contragolpe Álvaro Morata, que siempre tiene algo para dar, capture un rebote y coloque el 3 a 1 definitivo en el marcador.
Así, sin jugar bien pero aprovechando la pelota parada, el Real Madrid se metió en cuartos de final de la Champions League y junto con el Bayern Múnich, que aplastó al Arsenal, son los dos primeros clasificados a esta etapa.