Fue llamativo el momento en el que Luis Enrique informó que no renovará con el Barcelona. Tras la goleada frente al Sporting de Gijón en el Camp Nou, el entrenador tomó la decisión de comunicarle al plantel que dejará al Blaugrana cuando finalice la temporada.
Tal vez se trate de una estrategia personal para motivar a las estrellas del equipo, dado que la relación personal del DT con los máximos referentes nunca tuvo un buen clima, y la hazaña de revertir el 0-4 sufrido en París, frente al PSG por los octavos de final de la Champions League, parece imposible. Sería el último esfuerzo de la convivencia que necesita el ex técnico de la Roma.
El vínculo de Luis Enrique con el Culé es hasta el 30 de junio y, según las palabras del técnico en rueda de prensa, ya se lo había dicho a Robert Fernández y a Albert Soler, dirigentes de la entidad, basando su argumento en el cansancio que le producía la presión mediática de dirigir a la potencia europea.
En este contexto, el primer nombre que surge para reemplazar al entrenador es el de Jorge Sampaoli, quien lleva una gran campaña con el Sevilla y en una encuesta realizada por los medios catalanes apareció como el favorito de los hinchas para ocupar la vacante. Otro argentino que podría hacerse cargo del Barcelona sería Mauricio Pochettino, quien también tuvo algunos sondeos con la selección argentina, gracias a los resultados obtenidos en el Tottenham de Inglaterra.
El Blaugrana todavía tiene pendiente la final de la Copa del Rey contra el Alavés, continúa en la pelea de la Liga con el Real Madrid y le resta el jugar la revancha ante el PSG en su casa. Es decir que todavía tiene posibilidades de lograr el Triplete.
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