El domingo 19 de noviembre de 2006 Jorge Potro Domínguez caminó por la explanada del Hotel Panamericano, abrió la puerta, enfrentó a los periodistas y lanzó: "Esto no da para más". El ex jugador de Boca y Gimnasia de La Plata, entre otros, anunciaba así su renuncia como secretario general de Futbolistas Argentinos Agremiados, cargo que compartía con Sergio Marchi, quien ingresó al gremio en 2001 y continúa hasta hoy.
¿Qué pasó? 2006 fue un año recordado en el fútbol argentino no por cuestiones deportivas sino por la gravedad de los hechos de violencia que dejaron cinco muertos, 33 partidos suspendidos, barras amenazando a futbolistas en prácticas y concentraciones con absoluta impunidad y un partido, el clásico entre Racing y San Lorenzo del Apertura 2006, que expusieron la guerra de poder en Agremiados y los manejos espurios de Julio Humberto Grondona.
Entonces, hinchas de ambos equipos impidieron la salida de los micros de las concentraciones bajo el grito de "sin visitantes no se juega". Dos días antes, el 17 de noviembre, los jugadores habían acordado que la fecha se jugara pese a los graves problemas de violencia que atravesaba el fútbol. Tras aquel cónclave, sin embargo, Domínguez expresó públicamente: "Se acordó jugar, pero ante el mínimo hecho que ocurra, se suspende todo".
Enterados de los incidentes de los hinchas de Racing y San Lorenzo al momento de que los micros debían partir hacia La Plata, donde los equipos iban a jugar a puertas cerradas (iba a ser el primer partido en esas condiciones en la historia del profesionalismo), el Potro volvió a enfrentar a los periodistas y sentenció: "Muchachos: se suspendió lo que resta de la fecha; los jugadores ya están notificados".
En la otra línea, sin embargo, apareció Julio Humberto Grondona y su voz resonó aún más fuerte: "El equipo que no se presente perderá los puntos", dijo el ex presidente y ya no hubo discusión. Los seis partidos que restaban por disputarse se jugaron sin rastro alguno de la grave crisis social e institucional que atravesaba el fútbol y Domínguez se tuvo que ir: "Lo único que voy a decir ahora es que yo siempre me manejé bien, yo dejé parte de mi vida en esto. Cada uno sabe si actuó bien, mal o regular…", dijo tras su renuncia en declaraciones a Clarín.
Marchi al poder
Hubo un llamado telefónico clave para que los jugadores salieran a la cancha el domingo. Fue el que Grondona le hizo a Marchi para instar al normal desarrollo de la fecha. Fue entonces cuando el ex defensor surgido en San Lorenzo, donde integró el plantel de los icónicos Camboyanos, quedó al frente del gremio de los futbolistas tras un paso como jugador en el que completó 139 partidos en Primera. Don Julio lo respaldó fuertemente desde entonces y hasta su muerte, en julio de 2014. Los porqués de aquella alianza se fortalecerían y conocerían más tarde…
El rol del secretario general de un gremio es, en términos generales, el de representar y defender los intereses de sus asociados para luego canalizar toda inquietud o reclamo ante las autoridades correspondientes. Esa es, básicamente, la función que Sergio Marchi debe cumplir desde noviembre de 2006.
En diciembre de ese año el ex futbolista de Boca y Almirante Brown, hoy devenido en técnico, Blas Armando Giunta, acudió a Agremiados en busca de ayuda. Fue un pedido desesperado en momentos en que la vida de su hija estaba en serio riesgo a causa de una insuficiencia renal. El resultado, en palabras del propio ex mediocampista: "Cuando empecé a tramitar la obra social para mi nena, fue imposible que la aceptaran. Nadie te la agarra con un problema así. Por eso, hace un año y medio decidí ir a golpear las puertas del gremio nuestro para ver si podía anotarla ahí, como ex jugador, porque mi hija estaba grave. Hablé con Sergio Marchi, que había sido compañero mío en San Lorenzo, para ver si me podía dar una mano. Y me cerraron la puerta en la cara. Me dijeron que no podían hacer nada por mí. Ni me dieron muchas opciones tampoco".
El nombre de Sergio Marchi toma relevancia en verano, cuando en modo loop sale a decir que el fútbol no empieza por las deudas que los clubes tienen con sus jugadores. Lo hizo ayer, cuando el vigente receso lleva más de 70 días y a sólo tres del supuesto reinicio de la temporada, para decir, comunicado mediante, que "se mantiene la postura de no dar comienzo a la segunda parte de los torneos profesionales de AFA previstos para el 3/3/2017". Denunció la irresponsabilidad de los dirigentes de algunos clubes y condicionó el inicio de la actividad a la cancelación de los 260 millones de pesos que los clubes deben a sus futbolistas.
¿Corresponde la exigencia de Marchi? Claro que sí. ¿Defiende los derechos de sus representados? Claramente no. Si no, ¿cómo fue que permitió que la deuda alcanzara semejante cifra? ¿Cuántos jugadores que viven de sus sueldos como tales no han recibido dinero en mucho tiempo? ¿Cómo subsisten los futbolistas del Ascenso o incluso los de Primera sin renombre?
Vale recordar, en este contexto, el caso que llevó a Colón de Santa Fe al descenso, en 2014. Ocurre que el 18 de noviembre de 2013, siete jugadores del Sabalero no se presentaron a jugar el partido con Atlético Rafaela correspondiente a la 16° fecha del Torneo Inicial, por un conflicto salarial. El irresponsable episodio fue manejado por los propios jugadores involucrados, con el secretario de FAA, Sergio Marchi, quien les aseguró que el encuentro se reprogramaría, algo que finalmente no ocurrió.
La AFA le dio por perdido el partido a Colón y le sumó tres puntos a Rafaela. En el transcurso de ese torneo también sufrió la quita de seis puntos por parte de la FIFA por una deuda en el pase de Juan Carlos Falcón a un club de México. ¿La consecuencia? El descenso, ocurrido el 24 de mayo de 2014 al perder 1 a 0 con Atlético Rafaela en el partido desempate del Torneo Final 2014. Un empate con la propia Crema en el encuentro que por consejo de Marchi a siete jugadores no pudo disputar, le hubiese asegurado la permanencia pese a que en ese mismo torneo estuvo puntero durante 13 fechas.
La voz de Sergio Marchi tampoco se escuchó en uno de los momentos de gravedad extrema que afectó al fútbol argentino, cuando allá por mayo de 2015 el jugador de San Martín de Burzaco Emanuel Ortega murió como consecuencia del golpe que sufrió al golpear su cabeza contra un paredón de un estadio del Ascenso.
¿Se tomaron acciones en pos de cuidar la vida de los jugadores? No. El fútbol se siguió jugando y dos meses más tarde Javier Rossi, de Barracas Central, debió ser hospitalizado luego de sufrir una conmoción cerebral como consecuencia de otro golpe, contra otro paredón.
Aquello pasó hace dos años. Prometieron cubrir los paredones que pudieran poner en riesgo la vida de los futbolistas en cualquier estadio del fútbol argentino. ¿Lo hicieron? No. El 25 de febrero pasado un jugador de Arsenal pasó por la misma circunstancia. ¿Agremiados se refirió al respecto? No.
Si futbolistas han perdido su vida de manera tan injusta, si los clubes le deben 260 millones de pesos a los jugadores, si la violencia no sólo no cesa sino que crece de manera exponencial y los barras tienen el control de las tribunas y los negocios: ¿Por qué Marchi se sostiene al frente del gremio que vela por los derechos de los jugadores como una hoja perenne?
Acaso porque le fue fiel a Julio Grondona en primera instancia y luego por los negocios que los emparentaron. En junio de 2015 el programa La Cornisa dio a conocer el audio de una charla en la que Sergio Marchi llama al ex presidente de la AFA para conocer el resultado del diálogo que Don Julio había tenido con un representante de una empresa de juegos electrónicos para determinar cómo se iban a manejar las ganancias de los derechos de imagen para los juegos electrónicos de PES 2015 y FIFA 15.
Pero aquello no fue lo único que manchó el nombre de Sergio Marchi quien, vale mencionar, no parece verse afectado por sus movimientos sospechosos y/o escandalosos tanto en el ámbito público como privado.
En abril de 2016 se conoció la noticia de que su fundación, llamada El Futbolista, recibía un porcentaje del dinero que el Estado destinaba al programa Fútbol Para Todos. Se dispuso entonces un allanamiento mediante el cual se supo que la ONG que preside Carlos Alberto Pandolfi (integrante de la mesa chica del Futbolistas Argentinos Agremiados desde hace más de 10 años) tuvo entre 2010 y 2015 ingresos por $145 millones de pesos, 90 de los cuales eran por su convenio con AFA. Con el tiempo se descubrieron más cuentas y más dinero. Mucho más dinero.
De aquello nada se dijo. Sergio Marchi alzó la voz, como siempre, para decir que el fútbol no empieza. El fútbol argentino debe explicaciones en todas sus facetas. Él también debe darlas. En diciembre de 2017 habrá elecciones de autoridades en Agremiados. ¿Los vientos de cambio soplarán también por Salta 1144?
Nota al pie
Los muertos por la violencia en el fútbol que dejó el 2006
17/3 Matías Cuestas (Atlanta)
3/4 Ezequiel Melián (Unión Santiago)
1/5 Guillermo Francisco De La Canal (Estudiantes)
5/5 Marcelo Alejandro Núñez (Belgrano de Córdoba)
11/11 Martín Meneghello (Chacarita)
Los hechos de violencia en el fútbol más recordados de 2006
• Hinchas de Racing obligaron a suspender el clásico con Independiente al provocar serios incidentes cuando el Rojo ganaba 2 a 0.
• La barra de River protagonizó un escándalo en plena tribuna del estadio de Oriente Petrolero de Bolivia luego de recibir piedrazos de los locales durante la revancha del repechaje de la Copa Libertadores.
• Un barra de Colón identificado como Gastón Mendoza fue captado por las cámaras de la TV cuando intentaba apuñalar a un hincha de su mismo equipo en la antesala de un partido de los Sabaleros con River. Pese a que algunos hinchas intentaron encubrirlo, fue detenido y procesado por tentativa de homicidio.
• Unas 250 personas identificadas como integrantes de las barras de Boca y Rosario Central se enfrentaron con armas de fuego, armas blancas y piedrazos en un peaje de la ciudad de Rosario, Santa Fe. Siete personas fueron heridas de bala y hubo 123 detenidos.