Con toda la ilusión del mundo, una joven alemana recorrió 200 kilómetros junto a su padre, aprovechando la visita del Atlético Madrid a territorio germano, en vísperas de la ida de los octavos de final de la Champions League frente al Bayer Leverkusen. La presencia de Antoine Griezmann fue lo que los movilizó, pero se llevaron una gran desilusión.
Con su camiseta en mano y una sonrisa de oreja a oreja, los fanáticos del francés aguardaron por su encuentro, imploraron por una foto y una firma, pero el futbolista que se subió al podio en la última gala del Balón de Oro, ni siquiera miró hacia donde estaban y se metió rápidamente al hotel donde se concentra el plantel dirigido por Diego Simeone.
Mientras el Niño Torres autografiaba la indumentaria de otros simpatizantes colchoneros presentes, la desazón se apoderó de la rubia, que rompió en llanto y fue consolada por su padre. "¡Siento tanta pena, 200 kilómetros sólo por Griezmann!", exclamó el hombre.
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