Cada nombre tiene un origen y un significado, y Kei Nishikori, quinto jugador del ranking mundial de tenis, parece marcado por el suyo. Como si sus padres hubiesen anticipado de quién se trataba, vieron en él una "joya" (significado de Kei) que asomaba desde la cuna.
Su entrenador, Dante Bottini, es un argentino que lo trajo de pretemporada hace algunos años y le enseñó lo que son y a qué saben el mate y el asado.
Este año regresa a jugar el Argentina Open, después de que perdiera en cuartos de final frente a Stanislas Wawrinka en 2012.
Le gustaría que la Copa Davis fuese menos exigente, que algunas cosas del tenis sean normalizadas para evitar lesiones en los jugadores y, también, probar el sushi porteño.
–Supongo que Dante Bottini te habrá llevado a conocer Buenos Aires, o por lo menos te habrá aconsejado adónde ir. ¿Pudiste salir a conocer Buenos Aires?
Desde que llegué me la he pasado entrenando durante casi todo el día, así que no pude hacer demasiado. De todas formas, pude ir a comer a un buen restorán en Buenos Aires y probar algunos ricos platos argentinos este fin de semana. Y también sushi (se ríe).
–¿Por qué elegiste el Argentina Open para jugar este año?
Fueron muchos años de jugar en Memphis (lo ganó en cuatro años consecutivos), mi entrenador es argentino y decidimos un cambio. A mí me gusta jugar en polvo de ladrillo y espero hacerlo bien. Tengo dos torneos por delante (luego se va a jugar el ATP500 de Río de Janeiro), que me servirán también para la gira de Europa en canchas lentas.
–Muchos jugadores cambian a sus entrenadores durante su carrera, pero otros, como vos, mantienen la relación a través de los años. ¿Qué significa Dante Botini para vos?
Y, estamos trabajando desde hace 7 años y creo que tenemos una gran relación entre nosotros. Él tiene una gran experiencia en clay y me da mucha energía cuando pasamos mucho tiempo en la cancha. Algunas veces pienso que es bueno tener diferentes entrenadores, porque sumás diferentes opiniones. Pero a mí gusta mucho trabajar con Dante.
–Los jugadores se profesionalizan cada día más. Se preparan más físicamente, juegan en diferentes superficies, con diferentes tipos de pelotas… ¿Eso es bueno o malo para el tenista?
No, creo que es bueno para nosotros cambiar de superficie, pero es cierto, sería muy bueno que las pelotas fuesen iguales en todos lados o tener no más de dos tipos, porque de lo contrario, favorece a que aparezcan lesiones en los jugadores.
–¿Y la Copa Davis?
Es muy dura, debería de ser menos exigente y tener más en cuenta el calendario.
–Si tuvieras la posibilidad de viajar en el tiempo y de encontrarte con el pequeño Kei a los 6 años, ¿qué le dirías?
¡Uf! (vuelve a reír) No lo sé… tal vez, le diría que disfrute todo lo que pueda. Que practique diferentes deportes como tenis, fútbol, que le guste nadar, que haga deportes. Que disfrute de cada pequeña cosa que le ocurra cada día.
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