Janko Tipsarevic, el raro tenista de las gafas de sol

Por Quique Cano

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Janko Tipsarevic, con sus infaltables gafas de sol (Photo by Elsa/Getty Images)
Janko Tipsarevic, con sus infaltables gafas de sol (Photo by Elsa/Getty Images)

Janko Tipsarevic aparece y su presencia comienza a despertar interés, no por su envergadura ni por el reconocimiento de su talento. Si bien es cierto que su extraño look -algo oscuro- lo esconde, las gafas de sol fluo que utiliza para jugar lo destacan en cualquier lugar.

"El Doctor", como lo llaman, no es uno de esos tenistas que sólo se contentan con pasar la pelota por encima de la red, es un atleta de perfil diferente al común de ellos. No muy conocido entre los argentinos, aquellos que se asoman al tenis lo tienen presente por haber conformado el equipo serbio al que Argentina batió en semifinales de 2011 o de reconocerlo como uno de los Top Ten en 2012.

Pero pocos, realmente muy pocos, conocen las particularidades de este tenista que transita sin demasiado ruido por el circuito y al que, desde sus comienzos, lo persiguen algunas rarezas.

Tipsarevic compitió bajo la bandera de diferentes países (Photo by Elsa/Getty Images)
Tipsarevic compitió bajo la bandera de diferentes países (Photo by Elsa/Getty Images)

La Guerra de los Balcanes lo encontró en pleno crecimiento y se extendió a sus comienzos en el profesionalismo. Por eso es que empezó representando a Yugoslavia (hasta 2003), luego a Serbia y Montenegro, por los siguientes 3 años, y desde 2007 forma parte del equipo serbio. Nunca se mudó, nunca cambió su residencia ni su territorialidad, la que cambió fue su Nación.

No es un deportista más, DJ en sus tiempos libres y de una gran inclinación intelectual, su cuerpo muestra la inquietud por otras culturas y su pasión por la literatura clásica.

"Lo bello salvará al mundo" es el grabado en japonés de la frase de Dostoyevski que se observa en su brazo izquierdo, mientras que del derecho emerge otro tatuaje japonés con las dos primeras letras de los nombres de su familia: padre, madre, hermano y el propio.

Uno de los tatuajes del tenista (Photo by Donald Miralle/Getty Images)
Uno de los tatuajes del tenista (Photo by Donald Miralle/Getty Images)

La adversidad comenzó a golpear a Tipsarevic cuando, en 2013, le descubrieron problemas en su hígado por la medicación que consumía para paliar los dolores en su pie izquierdo. En el tobillo le descubrieron un tumor benigno de origen genético que le extirparon en la primera intervención quirúrgica. Sin embargo, tres meses después regresó el dolor y llegó la segunda operación que le costó el 80 por ciento de la fascia plantar. Pero, a pesar de esto, el dolor volvió y con él la depresión.

Cuando logró salir y comenzar con los entrenamientos (fines de 2014), una rotura fibrilar en la pantorrilla derecha le puso un nuevo freno, a la que le siguió otro desgarro en la ingle derecha. Meses después, en plena campaña de regreso al circuito volvió al quirófano, pero esta vez la culpable fue la rodilla derecha. Finalmente, después de casi tres años en los que vio más cirujanos que tenistas, volvió a competir con regularidad.

Janko se recibió de manager deportivo (Photo by Ben Hoskins/Getty Images)
Janko se recibió de manager deportivo (Photo by Ben Hoskins/Getty Images)

Pero Janko no es un deportista más, antes de todas estas desgracias y luego de graduarse en Manager Deportivo en la Universidad de Belgrado (2006), conformó una empresa que se encarga de reclutar y manejar jugadores profesionales, brindándoles un cuerpo técnico y facilitándole los accesos al circuito profesional.

Tipsarevic, acompañado por su preparador físico argentino, Bernardo Carberol, llegó a Buenos Aires y será una de las atracciones del Argentina Open 2017.

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