El presidente de Boca, Daniel Angelici, quedó en la mira luego de que se filtrara un audio en el que se interesa por la sanción que les iban a aplicar a dos futbolistas que fueron expulsados en un partido amistoso contra Racing, disputado en un torneo de verano del 2015.
La preocupación del directivo xeneize era razonable. Boca tenía en el horizonte un encuentro clave ante Vélez para acceder a la Copa Libertadores y quería asegurarse de que los dos jugadores expulsados, Leandro Marín y Cristian "Pichi" Erbes, fueran habilitados para disputar esa gran final.
Tras la difusión de la escucha, que formaría parte de una causa judicial que investiga a la barra de Boca, mucho se habló sobre el poder de persuasión que tuvo el mandatario xeneize para "limpiar" a sus futbolistas. Sin embargo, desde el punto de vista reglamentario no hay nada para objetar del fallo que impartió el Tribunal de Disciplina. Hay varios argumentos que lo sustentan.
Históricamente en la Argentina y en todos los países del mundo, los jugadores que son expulsados en un partido amistoso cumplen la sanción en encuentros amistosos. Y los profesionales que son sancionados por una roja en el campeonato cumplen en el campeonato. Lo mismo corre para la Libertadores, la Copa Argentina, la Copa Mercosur y el resto de los torneos oficiales de la FIFA. Un ejemplo de ello es lo que sucedió recientemente en la Supercopa que disputaron River y Lanús. Jonathan Maidana, defensor "millonario", fue titular pese a que debe una sanción del torneo local.
Hay una excepción que rige cuando un integrante de un plantel recibe una sanción superior a las 4 fechas por una expulsión en un amistoso. Esta regla, que se cree que será derogada en la próxima reforma del estatuto, se impuso por presión de la empresa que tenía los derechos de televisación de los partidos luego de un escándalo que se desató en 1993 en un amistoso entre Boca e Independiente, en Mar del Plata, cuando Daniel Islas se enojó con el árbitro Javier Castrilli y retiró a su equipo del campo de juego.
Infobae solicitó los registros oficiales del partido de la polémica entre Boca y Racing, en el verano de 2015, y accedió al informe del árbitro, Patricio Loustau, las declaraciones de los futbolistas expulsados y el dictamen del Tribunal de Disciplina de la AFA.
De acuerdo al acta firmada por el referí, el 17 de enero de 2015, Erbes fue expulsado a los 25 minutos del primer tiempo por "un golpe con su antebrazo" en el rostro de un adversario -Ricardo Centurión- en "forma intencional cuando disputaban el balón". Y a los 28 del segundo tiempo, Marín vio la roja por un "planchazo intencional en forma tackle deslizante desde atrás, golpeando con los tapones de su botín en el gemelo de un adversario" -también Centurión-.
El informe del árbitro ostenta un valor supino a la hora de aplicar una sanción a un futbolista. Lo que allí se expone es sagrado para los miembros del Tribunal de Disciplina, cuyos integrantes -entre ellos 4 camaristas federales-, terminan aplicando una sanción luego de leer el descargo de los protagonistas de la acción. El presidente del Tribunal interviene sólo en caso de desempate.
Según la resolución, firmada el 22 de enero de 2015, a Erbes lo suspendieron por un partido amistoso en virtud de los artículos 204 y 229 del Reglamento (acción brusca). Y a Marín le dieron tres partidos por los artículos 200 a) VIII y 299 (plancha).
En el caso del mediocampista no hay mucho para analizar. Es más, la mayoría de las crónicas de los periodistas que cubrieron el encuentro coincidieron en que la maniobra ni siquiera merecía una tarjeta roja. Del informe de Loustau surge además que se trató de un golpe con el antebrazo cuya sanción, según la normativa vigente y la jurisprudencia del tribunal, es de un partido.
El caso de Marín generó más revuelo. ¿Por qué no mereció una sanción más severa? Allegados al Tribunal dicen que se expidieron igual que en otros casos similares. Además, en los informes de Loustau y de sus dos asistentes nunca se hizo referencia a una lesión del futbolista golpeado. Tampoco se acreditó tal situación con un certificado de un médico. De hecho Centurión, el volante de Racing -hoy en Boca- que fue protagonista de las dos rojas, volvió a jugar sin inconvenientes al siguiente partido.
El final de la historia es conocido. Boca le ganó a Vélez 1-0 con un gol fuera de serie de Nicolás Colazo y se clasificó a la Copa Libertadores. El "Fortín" aceptó la derrota sin excusas. Y su presidente, Raúl Gámez, defendió tras la difusión de las escuchas el fallo de la polémica.