El Real Madrid debía enfrentar el pasado domingo al Celta de Vigo en Balaídos. Sin embargo, el encuentro se suspendió el viernes debido a que una fuerte tormenta destrozó parte del techo del estadio donde debía disputarse el duelo correspondiente a la fecha número 21 de la Liga española.
Esta postergación hizo enfurecer a los dirigentes del conjunto "Merengue", actual líder de la competencia, quienes consideraron que la organización contaba con tiempo suficiente para buscar un escenario alternativo. Es que el aplazamiento del duelo significa un contratiempo para la ya apretada agenda del equipo dirigido por Zinedine Zidane.
Según publica el diario As en su edición de este lunes, el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, y la comisión directiva del club consideraron que desde la organización de La Liga no se hizo lo suficiente para que se jugara el encuentro ni se consideraron las alternativas que acercó el elenco "Blanco" de cerrar la parte del estadio afectada o de trasladar el duelo a algún estadio cercano.
Esto hizo que desde la entidad madrileña volvieran a la carga con el proyecto de creación de una Superliga de Europa. Esta iniciativa se entiende como una amenaza de renuncia a la Liga española ya que, de crearse el certamen continental, el "Merengue" y el resto de los participantes abandonarían sus torneos domésticos.
La Superliga de Europa es un proyecto que da vueltas hace varios años en las oficinas de los grandes clubes del Viejo Continente. Se trata de un certamen del que participarían, entre otros, Real Madrid, Barcelona, Juventus, Chelsea, Manchester City y Bayern Munich. El objetivo final del torneo, que se armaría por fuera de la UEFA, es vender los derechos de televisión y que los clubes obtengan un rédito mucho mayor al actual.
De esta manera, el apoyo a la creación de este nuevo torneo se convierte en un elemento de presión del Real Madrid ante lo que consideran un destrato por parte de las autoridades de La Liga.
En tanto, desde el Celta de Vigo, se han mostrado apesadumbrados por la actitud de los dirigentes madrileños. Creen que los "Blancos" no han sido comprensivos respecto de la situación que ha atravesado el club, cuyas instalaciones han sido seriamente afectadas por las tormentas, y se han sentido decepcionados por la presión que ejercieron para jugar el partido a cualquier costo.
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