La pelea está arriba, y es por poder. Todos quieren sacar su tajada, en vez de buscar la solución al problema. El tiempo pasa, y los inconvenientes son más grandes. La pelota hoy no gira, y varios protagonistas ya no saben qué inventar para sobrevivir.
La vida del futbolista es envidiada, puede dar lujos y fama. Pero no todos pueden llegar a ese privilegio. Muchos se quedan en el camino, y otros se conforman con menos; pero haciendo lo que les gusta: jugar al fútbol.
Ramiro Montenegro, hombre de Excursionistas, entra en esta última parte de la historia. "Mientras otros se pelean por quién quiere ser presidente de la AFA, yo peleo por buscar la comida para mis hijos", sostuvo en su cuenta de Twitter.
Mientras otros se pelean quien quiere ser pte de #AFA yo peleo por buscar la comida a mis hijos. pic.twitter.com/1JPaIMduZU
— Ramiro Montenegro (@MonteRamaa) February 2, 2017
Él, como muchos otros jugadores del Ascenso, vive con crudeza este difícil momento que atraviesa este deporte.
"Vivo con incertidumbre, sin saber lo que podría pasar; si voy a seguir jugando al fútbol", así, de manera cruda y directa, comenzó el relato de Montenegro a Infobae para describir las peripecias que debe pasar para llegar a fin de mes. "Yo no sé de política, pero nosotros lo sufrimos y nadie nos ayuda", agregó.
En el Villero, como también es conocida esta institución ubicada en el Bajo Belgrano, la situación logra apaciguarse de cierta manera debido a que "algunos sacan guita de su bolsillo para que nosotros tengamos algo". La disyuntiva aparece después: ¿pagar el alquiler o gastarlo en comida? "No sabés si pagar o gastar en comida. Si no pagás, te echan. Y si pagás, no comés. Es así", el dilema que se debate día a día este hombre, como también tantos otros del Ascenso.
Montenegro, padre de tres hijos (Morena -de 8 años-, Joaquín -7- y Milo -3-), tuvo que recurrir a algo que había pensado que quedó en el pasado al defender la camiseta de un equipo que milita en la Primera B Metropolitana, tercera categoría del país.
"Trabajo de lo que salga en la construcción, hay que rebuscarsela. Tuve que empezar de nuevo, me da vergüenza pedir plata. Yo me la rebusco solo", afirmó el defensor, próximo a cumplir 30 años, con orgullo, pero también con bronca. "Ayer, hoy y el domingo trabajo, porque cuanto más rápido termino, puedo agarrar una moneda más", esbozó.
Mientras él entrena en el Verde, un amigo comienza con el trabajo; para luego sumarse pasado al mediodía. Sus compañeros de equipo, también siguen su camino, haciendo changas de lo que aparezca.
Su pedido, al igual que el resto de los jugadores, para los encargados de comandar la AFA es el mismo "¡que no maten al fútbol!". Y aunque es optimista y considera que se encontrará alguna solución, Montenegro les envió un mensaje de corazón: "Piensen que hay familias detrás de todo esto. Sino, más de uno va a tener que pensar en buscar una salida fuera del fútbol".
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