El 2016 fue un año tan soñado como inverosímil para Juan Martín Del Potro, que comenzó atravesado por las dudas tras la tercera operación en la muñeca izquierda y terminó conquistando el máximo logro de la historia del tenis argentino con el triunfo en Croacia.
Su realidad hoy es distinta. Recluido en la tranquilidad de su Tandil natal, lleva a cabo una exigente pretemporada que se compone de dos aspectos fundamentales: triple turno físico –que incluye tareas de coordinación y pesas en el gimnasio, además de los trabajos de resistencia por las calles de la ciudad– y nada de tenis.
Así es. A menos de un mes de su debut en el ATP 250 de Delray Beach (el 20 de febrero), la Torre todavía no tomó la raqueta por una estrategia clara: cubrir la gran merma del año pasado, que fue la física, a raíz de no poder tener una buena base en el comienzo del año por estar en el proceso de recuperación de su intervención quirúrgica realizada en junio del 2015.
Todavía no se ve en el horizonte un entrenador, por lo que Delpo está acompañado allí por dos de los personajes más fuertes de su equipo: los kinesiólogos Germán Hünicken y Diego Rodríguez, profesional que en el pasado trabajó con David Nalbandian.
Los ejercicios tienen sede en distintos lugares, como las instalaciones del Club Independiente o en las inmediaciones del dique, desde donde compartió videos corriendo. Allí la sorpresa es de los vecinos y turistas. Algunos piden fotos, otros simplemente se atienen a compartir su sorpresa en las redes por ver a una de las máximas figuras del deporte argentino corriendo como un vecino más.
Llegó en diciembre a su ciudad y se instaló en la casa familiar, cercana al golf, para gozar las fiestas con sus padres (Daniel y Patricia) y su hermana menor Julieta. Todavía no definió si se quedará una semana más allá o si ya viajará en las próximas horas a Buenos Aires para la parte final de la puesta a punto.
Si bien el arduo trabajo físico ocupa buena parte de su agenda, se hace diferentes huecos para disfrutar del mismo calor que lo azota durante la pretemporada en la pileta de sus amigos. También hay varios asados pactados con los más queridos. "Obvio que no se zarpa", le contó un integrante de la intimidad del tenista a este medio a la hora de hacer referencia a las comidas a la parrilla que fueron una constante en este verano.
"Tandil es mi cable a tierra", había dicho Juan Martín tras ganar la Copa Davis. Lo demuestra con hechos. Allí quien más siente su ausencia es su perro Terranova, César.
Una foto publicada por Juan Martin del Potro (@delpotrojuan) el
Aquellos que permanecen a su espacio más íntimo aseguran que "está muy contento" con la pretemporada que está llevando a cabo, clave para despejar las dudas que podían quedar sobre la antigua lesión. Al mismo tiempo, Delpo está confiado con haber acertado al tomar la difícil determinación de bajarse del primer Grand Slam del año para apostar por una buena base física. Una apuesta difícil pero sana al largo plazo.
El calendario deportivo se iniciará a mediados de febrero en el mencionado torneo de Delray Beach y continuará en el Abierto de México una semana después (27/2).
Tras estar presente en el Día Mundial del Tenis en Nueva York, irrumpirá en su primer gran desafío del año: el Masters de Indian Wells que lo tuvo como subcampeón en 2013. La siguiente parada, también de fuste: el Masters de Miami.