Los tres jugadores del Chapecoense que sobrevivieron al accidente aéreo que diezmó al equipo en noviembre pasado alzaron la Copa Sudamericana en el estadio Arena Condá, en Chapecó, sur de Brasil, antes de un partido amistoso del plantel reconstituido ante el Palmeiras.
El arquero Jackson Follmann, que sufrió la amputación de una pierna tras la tragedia, enarboló junto al defensor Neto y al lateral Alan Ruschel el preciado trofeo, que fue atribuido al pequeño equipo brasileño a pedido del conjunto colombiano Atlético Nacional, con el que debía dirimirlo.
Ayer la entidad de Santa Catarina presentó oficialmente al plantel reconstruido con el que deberá afrontar los compromisos para la temporada venidera. Con 25 incorporaciones y apenas 12 futbolistas que continúan de la entidad, de los cuales varios son juveniles que fueron promovidos de las categorías menores, Chapecoense deberá disputar torneos nacionales e internacionales: Copa Libertadores, Brasileirao, Copa de Brasil, Campeonato Catarinense, Primera Liga, Recopa Sudamericana y la Copa Suruga Bank en Japón.
"La característica de este club es que se niega a perder, sean las circunstancias que sean", dijo Rui Costa, actual director deportivo del club y agregó: "Nuestra institución se negó a morir".
Después de 54 días, el equipo volvió a presentarse oficialmente en un amistoso frente al Palmeiras. Miles de hinchas se hicieron sentir en el Arena Condá para apoyar a la entidad que sufrió la tragedia aérea que será recordada por la negligencia de la compañía aérea LAMIA, dado que la causa del accidente la provocó la falta de combustible.
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