Claudio Úbeda contesta con calma. No lo atormentan las críticas que surgieron tras su designación en el cargo de entrenador de la Sub 20. Tampoco el vasto legado de José Pekerman en ese lugar. Mucho menos el poco tiempo que tuvo para trabajar de cara al Sudamericano de la categoría que empezará mañana para Argentina. Apela a la sapiencia para justificar desde las declaraciones el rol de maestro que le toca cumplir.
"Hacemos muchísimo hincapié en la educación. No sólo queremos formar jugadores de Selección, sino hombres de Selección", explica en el mano a mano que sostiene con Infobae desde la ciudad de Ibarra, Ecuador, donde afrontará la primera parte de la travesía nacional.
Darle forma a prototipos de Selección implica que los jugadores "no sólo deben mostrarse dentro de la cancha, sino afuera también como hombres de Selección; cuando regresan a sus clubes o en cualquier lugar", detalla el hombre que tomó uno de los cargos más importantes en el fútbol del país teniendo en cuenta la rica historia con cinco títulos mundiales y misma cantidad de sudamericanos. "Debemos hacerles conocer los límites del fútbol. Dentro de ellos están los de la vida cotidiana", simplifica.
En esas fronteras de comportamiento está ubicado el uso de la tecnología, un rayo que genera una división fundamental entre los jóvenes del ayer y los de hoy. "En la época nuestra no había tanto acceso a tanta tecnología y estábamos más tiempo mirando fútbol y jugando. Solamente eso. Hoy la diversidad de cosas hace que se dispersen mucho", analiza el DT.
Las pautas están claras dentro de la concentración: la tecnología queda a un lado en ciertos momentos. "Tenemos normas de convivencia que respetamos y creo que son buenas para la armonía. Ayudan durante los tiempos que compartimos juntos. En los desayunos, los almuerzos, las cenas y las charlas no se puede usar el celular", afirma.
A horas de afrontar el debut contra Perú (mañana desde las 21:15), el Sifón rememora la exitosa etapa de Pekerman en las juveniles: "No nos pesa, al contrario es un estímulo y un espejo que nos sirve a nosotros para buscar un modelo a seguir. Uno debe aprender a sacar lo mejor de una generación exitosa de trabajo como la que tuvo José".
En su camino inmediato estarán también Uruguay, Bolivia y Venezuela, aunque el DT piensa más allá y anhela tener un proceso similar al de Pekerman: "Conseguir lo mejor es estar cercano a todo el proceso que tuvo él durante la Selección". ¿El motivo? "Porque nos identificamos todos con la manera de jugar, el estilo, el respeto dentro de la cancha, cómo querer la camiseta, tener sentido de pertenencia…", justifica su sueño.
La primera gran prueba de su equipo será la de demostrar resiliencia para superar los 2200 metros de altura, la competencia cada 48 horas y la presión propia de la Sub 20, la categoría por excelencia del país. "Queremos tener un estilo bien definido, que nos identifique como equipo", anuncia el DT. Tres puntos básicos salen de su boca: juego asociado en el inicio de la posesión de pelota, agresividad para recuperar cerca de la zona de pérdida sin retroceder y finalizaciones rápidas.
Úbeda escucha con tranquilidad las consultas y advierte que "no me focalizo" en las críticas que recibió su elección en el cargo, teniendo en cuenta que no había sido parte de los 44 proyectos que se presentaron. "La idea madre es realizar un plan de varios años. Ojalá tengamos tiempo para poder desarrollarlo: que las selecciones juveniles tengan una identidad de juego", sostiene.
Faltan unas pocas horas para dejar las palabras de lado y comenzar el momento de la verdad. Esquiva rotular a un futbolista de su plantel como la sorpresa inesperada, pero marca algunos apellidos a seguir acordes al estilo que intentará jugar: Santiago Ascacibar, Ezequiel Barco, Lautaro Martínez, Tomás Conechny, Lucas Titi Rodríguez y Brian Mansilla. "Jugadores con características de verticalidad", los define.
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