Gustavo Grossi, Víctor Salazar y Marcelo Larrondo. Rosario Central se juró, al menos en el ciclo de la actual dirigencia, que nadie más integraría esa lista y por eso impedirá de todos los modos que le sean posibles el pase de Walter Montoya a River, club que le dejó un sabor amargo cuando se habla de los tres primeros casos.
Caso Gustavo Grossi
Comenzó a trabajar en Rosario Central en octubre de 2014 como director de formación de juveniles. Cumplía, además, la función de descubridor de talentos por su buena fama en el área. "Estuve mucho tiempo en Sarmiento de Junín y ahí vi al Pocho Cerutti. En Platense a Bergessio y Nasuti. En Racing a Vietto, Centurión, Fariña, De Paul, que ya estaban en inferiores, pero estaba todo desorganizado. En Central, Lo Celso estaba lesionado, tirado en un rincón y hoy lo van a vender en 15 millones de dólares", declaró tiempo atrás jactándose de su capacidad a la hora de captar a los buenos jugadores.
En Central, Grossi hizo un buen trabajo y llegó a ser Coordinador del área de Alto Rendimiento hasta que de buenas a primeras manifestó su necesidad de radicarse en Buenos Aires. Esto sorprendió a la dirigencia que, sin embargo, quiso retenerlo y le dio el rol de Asesor Deportivo, aceptando que trabajara a distancia.
Su alejamiento de la ciudad de Rosario ocurrió en febrero de 2016 y poco después Grossi se desligó definitivamente del club Canalla y, negociación mediante, comenzó a trabajar en River donde hoy ostenta el cargo de Director de Proyecto Infanto Juvenil. "Arranqué en Racing trabajando como director deportivo. Pasé por el Udinese. Estuve en Rosario Central hasta febrero. Mi familia deseaba volver a Buenos Aires. En River buscaban una variante y yo cumplí el sueño de llegar al más grande de América tras 20 años de carrera", dijo al respecto de su pase al club Millonario.
Caso víctor Salazar
En junio pasado los principales dirigentes de Rosario Central, Ricardo Carloni y Luciano Cefaratti, acusaron a Rodolfo D'onofrio de no tener códigos. Es que el presidente de River había tentado al juvenil Salazar para comprar su pase. Como esto fue rechazado por el club Canalla, el titular Millonario habría insistido, ahora con el artilugio de hacerse cargo de la cláusula de rescisión de su contrato.
"Desestimamos la oferta de River por ser insuficiente. Ahora firmaría con el club usando la cláusula, esperamos que no sea así porque sería romper códigos", apuntó entonces Carloni, vicepresidente del club rosarino.
Cefaratti, por su parte, fue incluso más crítico: "D'Onofrio dijo que iban a usar la cláusula. Esto está fuera de la ética y debe regir la comunicación entre los clubes, River esta rompiendo un código y así nos debilitamos. Ellos están malacostumbrado por otras épocas, pero no podemos permitir por dinero perder la dignidad".
Salazar llegó incluso a ausentarse del entrenamiento de Rosario Central a modo de presión para lograr su pase pero luego de un duro cruce que los dirigentes Canallas tuvieron con sus pares de River en una asamblea de AFA el jugador decidió quedarse en Arroyito.
Caso Marcelo Larrondo
Apenas un mes después de lo ocurrido con Salazar, sobrevino la pelea entre las mismas personas (y clubes) por el pase del delantero Marcelo Larrondo. Las idas y venidas en la negociación hicieron incluso que Rosario Central amenazara con un juicio, algo que finalmente no ocurrió pese a que el mendocino logró ser transferido.
Cuando el caso se resolvió en favor del pase a River, la CD del club Canalla emitió un durísimo comunicado en el que, entre otras cosas, aparecían pasajes como como:
• "Desde el mes de Diciembre del año pasado, nuestra Comisión Directiva está tratando de renegociar el contrato con el Sr. Larrondo, realizando ofertas de máxima importancia para lo que es el fútbol argentino. Ofertas que incluían una sustancial mejora salarial, extensión del vínculo contractual, y modificación de la cláusula de rescisión impuesta oportunamente"
• "Luego de reuniones dilatorias con sus representantes y de diálogos personales con el propio jugador, recién hace poco más de un mes, estando el jugador rehabilitándose con nuestro cuerpo médico en su casa en Mendoza para que se sintiese más cómodo (todo a costa del club), se le ofreció al Sr. Larrondo la posibilidad inmejorable que dijese cual era el monto de contrato que pretendía ganar a fin de cerrarlo en ese número. Ofertado dicho contrato por tres años, contestó verbalmente que la oferta le parecía "espectacular", que lo hacía muy feliz, y que hablaría con sus representantes para cerrar el nuevo contrato cuanto antes. Esto nunca sucedió"
• "Nuestra Comisión Directiva recibió excusas a diario, una tras otra del jugador y sus representantes, a fin de no formalizar el nuevo acuerdo. Más de un mes después, en el día de hoy, el Sr. Larrondo a la finalización de la práctica le comunicó a nuestro Director Técnico que no seguiría en el club porqué tenía un acuerdo con el club Montreal Impact de Canadá quien estaba dispuesto a ejercer la cláusula de rescisión con su consentimiento"
"A las horas, en el mismo tenor lo hizo uno de sus representantes a la C.D. Vale afirmar nuevamente que las cláusulas de rescisión SÓLO tienen validez si los jugadores prestan su consentimiento para su ejercicio, y que en su mayoría las mismas no son impuestas por los clubes, sino por los representantes de los jugadores y en casos excepcionales"
• "Quizás sea momento de que todos los clubes del fútbol argentino, no sólo Central, asumamos la decisión de no aceptar cláusulas de rescisión ni en contratos de transferencia de jugadores, ni en renovaciones contractuales, a costa de que quizás esos jugadores no lleguen o no continúen en nuestra institución. Decisión que también implica que los clubes tengan el respaldo de sus socios e hinchas para no ejercer presiones involuntarias contra su propio club. Cada persona es responsable de sus actos. Debemos entender y asumir que no hay ningún nombre propio por encima de Rosario Central".
Así las cosas, queda claro por qué las negociaciones entre Rosario Central y River son inviables y, así, se entiende por qué el club de Arroyito se negará todo cuanto le sea posible lograr que Marcelo Gallardo cuente con Walter Montoya, su prioridad en el vigente mercado de pases. En este contexto, pocos clubes aparecen más tentadores para la CD Canalla que Boca Juniors. La venganza, dicen, es un plato que se sirve frío…
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