En febrero del año pasado, Adidas, uno de los auspiciantes de Lionel Messi, organizó una campaña en la que el argentino debía cumplir un reto de habilidad, el cual consistía en lanzar un tiro de esquina y que el balón toque el travesaño. El mismo fue llamado Crossbar Challenge.
La empresa alemana, para grabar el spot, citó al futbolista en uno de los campos de juego auxiliares del Barcelona. Una vez allí, el director de la publicidad le explicó a la Pulga en qué consistía la prueba y, con delicadeza, le avisó que si en media hora no lograba superar el reto, se podía llegar a parar y tomar un refrigerio. Incluso se preparó un variado catering, pensando en alguna eventualidad.
Messi tomó el balón, fue al córner y en su primer intento, estremeció el parante horizontal, despertando el asombro de todos los presentes. Varios se llevaron las manos en la cabeza y quedaron boquiabiertos, no logrando entender cómo hizo que pareciera tan fácil lo que le habían propuesto.
El rosarino, con una sonrisa, saludó y se marchó. Le sobraron 29 minutos, ya que con unos simples segundos demostró porqué es uno de los mejores del planeta.
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