Fueron 3662 días desde aquella despedida contra Gimnasia de Jujuy de la mítica Doble Visera para someterse a un extenso proceso de reconstrucción del estadio. El Libertadores de América comenzó a gestarse en los primeros días del 2007 y recién hoy por la noche será formalmente inaugurado con todas sus tribunas culminadas.
Si bien en octubre del 2009, con un triunfo ante Colón, el estadio actual se inauguró y comenzó a cobijar partidos, debió atravesar otros siete años más de obras para alcanzar su formato final. La culminación de la platea sobre la calle Bochini –ex tribuna Cordero– y la Garganta del Diablo de ese lateral, dieron un cierre a la obra que será presentada contra Banfield, en el partido correspondiente a la 14ª fecha del torneo.
"Fue un esfuerzo muy grande, más que nada porque era un sector muy complicado ya que era un reciclaje", explicó el arquitecto de la obra a Infobae, Ezequiel Fernández Dorado. Esto hace referencia a que la única zona que se mantiene de la antigua Doble Visera es la que se terminó para este compromiso. El especialista explicó que en ese sector se trabajó sobre "la primera tribuna que tuvo este estadio en 1928", cuando el Rojo presentó el primer estadio de cemento de Sudamérica.
A casi 100 años de aquel hecho, la institución de Avellaneda nuevamente estará a la vanguardia: "Tiene un montón de normativas FIFA que prácticamente no tienen ningún estadio acá". Además, está preparado para lo que pretende la FIFA en un futuro: que todos estén sentados.
"Está preparado para que la gente esté 100% sentada", advirtió Dorado. Tomando en cuenta las exigencias de los organismos de seguridad, el LDA estrenará una capacidad para albergar a 48 mil personas, unas 17 mil menos que la Doble Visera: "No tiene comparación porque tenía muchísimas populares y muy poca plateas, era un estadio de otra época. Hoy vamos hacia toda la gente sentada en breve".
En total, hay 1200 localidades de palcos, con diferentes tamaños. 6 son de los más grandes, con capacidad para 20 ó 24 personas. El resto se dividen en palcos para 12 y 8 simpatizantes. Todos están equipados con wi-fi, televisión de led con HD, aire acondicionado, un living con sillones y una barra. Allí, por ejemplo, disfruta de los encuentros del Rojo cuando viene al país el Kun Agüero.
Con la platea Bochini y la tronera de ese sector terminadas, ya no quedan grandes proyectos para esta fase del estadio, más allá que durante el verano se realizarán tareas de pintura en el sector nuevo.
De ahora en más, la mirada de Independiente estará en el ansiado techo. Ni el proyecto inicial de una cobertura en las cuatro tribunas, ni una estructura similar al Estadio Único de La Plata. "Va a ser totalmente inesperado para el hincha, eso seguro. Es una imagen que nunca vieron. Una sorpresa porque nunca se filtró un diseño de este estilo", alertó Dorado.
Ese aspecto es la gran obsesión del presidente Hugo Moyano, quien pretende culminar su mandato en 2018 con el Libertadores de América techado. Si bien desde el club no quieren hablar de fechas para evitar volver a tropezar con viejas piedras de promesas incumplidas como sucedió con gestiones anteriores, el tema ya está "en proceso de diseño y presupuesto". Quien estará a cargo será uno de los estudios alemanes más importantes del mundo, que realizó una tarea similar en la mayoría de los estadios de Brasil.
En la institución evitan hablar de la cifra que costó la construcción, teniendo en cuenta que la misma atravesó tres gestiones diferentes. Comenzó de la mano de Julio Comparada y luego tuvo pocos avances en la era de Javier Cantero. "Es totalmente distinto a los demás, un estadio muy europeo. Rompe con la lógica de Argentina que son todos los sectores intermedios entre tribunas que siempre estaban ciegos por temas de seguridad", explicó.