No todo fue color de rosa en la visita de Lionel Messi y Barcelona a Qatar, porque la Pulga incurrió en un viejo problema físico. Un rato antes de que fuera cambiado por Luis Enrique durante el amistoso ante el Al Ahli, vomitó en la cancha y tuvo que recibir agua de los auxiliares para continuar.
Los flashes de las cámaras se quedaron con su gol anotado y el niño afgano que cumplió el sueño de compartir unos momentos con él, pero en un segundo plano, el argentino también dejó en evidencia que aún no consiguió superar sus inconvenientes con las arcadas durante los encuentros.
Si bien hace largo tiempo parecían haberle encontrado la vuelta al tema, el cuerpo médico del Barça y la Selección tendrá que mantener la lupa sobre el crack rosarino, quien hace poco quedó descartado a última hora de un cotejo frente al Málaga por la liga española debido a una descompostura.
Otro de los episodios que lo habían puesto en el centro de la escena fue durante el vuelo desde Buenos Aires a San Juan para afrontar la última jornada por las Eliminatorias con Argentina ante Colombia. Las turbulencias generaron malestar en el contingente albiceleste, aunque mientras muchos dijeron que Messi había tenido problemas estomacales, más tarde eso fue desmentido.
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