Desde antes de asumir, el presidente Mauricio Macri incluyó en su agenda de objetivos reformular a la AFA. En su opinión, largamente manifestada al cabo de dos décadas, "la AFA es un reducto de la vieja política dirigencial, llena de vicios, manejos estratégicos y sublimación del poder caudillesco".
Para Macri, la AFA era un reducto grondonista y aunque le reconocía al fallecido presidente su habilidad para sostener el poder legítimamente, le hubiese gustado abrir un nuevo orden de modernismo que incluyera independencia de los clubes para negociar sus contratos con la televisión, darles advenimiento a las sociedades anónimas, desactivar los torneos deficitarios como los del ascenso y tener representatividad del interior por significación de su universo. O sea, densidad de población, representación exclusiva por provincias, estadios únicos y digitación de los competidores según estas referencias. Dicho de otra manera, más del 80% de los clubes del Interior que hoy compiten no lo hubieran podido hacer.
Esto generó una controversia ideológica. Pero quien era por entonces el exitoso presidente de Boca, siempre quedó en abrumadora minoría.
Ahora, en ejercicio del Poder Ejecutivo, siente que es momento de llevarlo a cabo. Se impuso como prioridad inicial evitar que Marcelo Tinelli gane las elecciones del 3 de diciembre del año pasado. Y le encomendó a Daniel Angelici que actuara en tal sentido. Fue fundamental para que el otro candidato, Luis Segura, tuviera los apoyos que le permitieran llegar a 38 votos. Sin Angelici y sin Hugo Moyano en apoyo del ascenso liderado por su yerno Chiqui Tapia, esto hubiera resultado imposible.
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La historia secreta del ridículo 38-38 de la elección en la AFA
Tinelli no ganó. Tampoco perdió. Y el ridículo 38-38, vastamente explicado, generó un espacio para llegar a una Asamblea con elección a presidente para el 30 de junio de este año.
No fue posible. La Inspección General de Justicia (IGJ), casualmente, lo impidió. Los pasos siguientes fueron una intervención, y la complicidad manifiesta de la Conmebol para que tal intervención contara con el aval de la FIFA, sin sanción deportiva y con la formación de una Comisión Regularizadora que FIFA ha comenzado a auditar a partir de algunas situaciones poco claras.
Por ejemplo, cómo y por qué Alejandro Domínguez, presidente de la Conmebol, designó a la doctora Carolina Cristinziano como secretaria general de esa Comisión, a sabiendas de que su marido, Gonzalo Belloso, es oficial de Conmebol, y tanto uno como otro presentan conflicto de intereses al dedicarse a otros menesteres profesionales dentro del fútbol.
También le importa a la FIFA saber sobre las entrevistas, más de cuarenta, que la doctora Monserrat Jiménez llevara a cabo a potenciales miembros de esa comisión a quienes, antes que nada, les advertía: "No queremos ni abogados, ni otros profesionales, queremos gente que tenga 50 millones de patrimonio, ¿usted los tiene?". Sobre esto puede dar fe el mismísimo Daniel Bertoni.
Primo Corvaro, actualmente con licencia médica en FIFA, acompañó este movimiento vertiginoso de conseguir miembros adecuados para la intervención en AFA. Pero al final hubo una realidad: el gobierno argentino designaría al presidente de esa junta. Y Macri confió en Fernando Marín, director del programa Fútbol para Todos, para que lo eligiera. El propósito de desactivar el fútbol gratuito le confería a Marín la proximidad con la AFA para co-conducir las gestiones hacia el distracto y las negociaciones de un nuevo e ilegítimo contrato con aquellas empresas interesadas. Marín eligió a su viejo amigo Armando Pérez. También el gobierno impuso al abogado Javier Medín, hombre de Macri y de Boca. Y le permitieron a la AFA nombrar un representante.
La ortodoxia residual de AFA eligió a un brillante dirigente del Interior, Pablo Toviggino, en el cargo de tesorero. Pero desde el primer momento, Toviggino se negó a firmar papeles, cuentas o gastos que requerían explicaciones de los miembros de la Junta, nunca logradas. Y aunque físicamente estaba, iba marcando algunas divergencias con la Comisión Regularizadora pues Toviggino entendía que se alejaban de la doctrina de la AFA como institución y subestimaban el valor de sus dirigentes. Esto le permitió al dirigente santiagueño un crecimiento y un liderazgo que le auguran un extraordinario futuro de gestión.
Para la FIFA los únicos cargos rentables de la AFA futura serán el de secretario general y el de tesorero. Esta imposición surge a raíz de los comportamientos dolosos de sus propios dirigentes al momento de investigarse el FIFA-Gate. Sin embargo, la Junta Regularizadora marcha en el sentido contrario pues margina a su propio tesorero.
De la misma manera, saben los miembros de la CR que deben formar fácticamente un Tribunal de Ética. Y, sin embargo, le han puesto mucha energía a reformular a su prestigioso Tribunal de Disciplina, al que no le "perdonan" haber recibido denuncias de asambleístas, evaluarlos en el pleno y expedirse con un fallo histórico que mereció la felicitación de la FIFA con las lógicas consecuencias que esto implica para quienes, sustentados por poder real, se sienten impunes. Peor aún, apelan a influencias para perseguir y castigar a quienes ellos sienten, injustamente, enemigos. Los miembros de los tribunales de Disciplina y de Ética serán ad honorem. Y Primo Corvaro fue claro al mencionar al escribano Fernando Mitjans como el hombre indicado para instrumentar y redactar la puesta en marcha del Tribunal de Ética, para después de las elecciones, por cuanto se trata de un punto primordial para la FIFA.
Tras las reuniones del 7,8 y 9 de noviembre en el Sheraton, la FIFA a través de Primo Corvaro y con el respaldo de los abogados Rolf Tanner, Jorge Mowinckel y Julia Siegenthaler allí presentes, diseñaron y propusieron ante todos los sectores de AFA lo que sería el nuevo Estatuto.
Y después de los valiosos debates no quedaron demasiadas dudas de que la nueva constitución orgánica de la AFA quedaría con 68 representantes en el largo plazo, y 56 de manera inmediata.
O sea que al nuevo presidente lo votarían 56 asambleístas en lugar de 75, y más adelante, una vez que logren sus estatutos y formas de representatividad, se agregarían los llamados Grupos Especiales. Estos, a razón de dos por grupo, serán de Fútbol Playa, Futsal, Fútbol Femenino, Ex Árbitros, Ex Técnicos y Ex Jugadores.
O sea que el mapa asambleario futuro ya aprobado por la FIFA será: 22 de la Primera División, 8 de la Primera B Nacional, 7 de la Primera B Metropolitana, 4 de la Primera C, 3 de la D, 2 del Torneo Federal A y 10 del Consejo Federal del Fútbol.
Esta constitución de la futura Asamblea de la AFA es la que envió la FIFA visada y aprobada desde Zurich. Sin embargo, duerme en algún cajón del escritorio de un funcionario por orden de Javier Medín, toda vez que sería un profundo disgusto para el presidente Macri enterarse de que todo cuanto les pidió a sus hombres para "cambiar" la AFA, resultó un fracaso.
Más aún, por estas horas, Armando Pérez, Javier Medín y Carolina Cristinziano, en un nuevo y costoso viaje que pagarán las desvencijadas arcas de la AFA, están intentando rogarle a la FIFA que modifique esta constitución de la Asamblea.
De hecho, no será el presidente Gianni Infantino quien los reciba. Lo ha derivado en uno de los secretarios. Tal como ocurriera en la gestión con Adidas, los tres miembros de la Comisión Regularizadora serán cordialmente recibidos. No podría ser de otra manera. Mas, una cosa es la recepción y la escucha, y otra muy distinta son los resultados de la gestión.
En la sede de Adidas en Alemania les dijeron que hasta que no haya poder legítimo constituido en la AFA, ninguna gestión será tenida en cuenta. Y en la FIFA, se presume que les dirán aquello que les vienen repitiendo desde la intervención: "Ustedes tienen que administrar fiduciariamente, no pueden mover patrimonio ni gestionar contratos que excedan el 30 de junio de 2017, no pueden echar ni contratar personal, deben reformular rápidamente vuestro estatuto y llamar a elecciones". Y el funcionario de la FIFA que los reciba les recomendará, además, que aceleren los tiempos pues en Zurich advierten que todo está muy atrasado.
No sólo habrá advertencias para la Comisión Regularizadora de la AFA. Según las últimas consultas, a la FIFA también le importaría tener más precisiones sobre la tragedia del Chapecoense.
El presidente Gianni Infantino no se conformó con haber ido a Chapecó a despedir a las víctimas y llevar su consuelo a los familiares, también ha ordenado una investigación a altos dirigentes y oficiales de la Conmebol que pudieran haber intervenido en la contratación del fatídico avión, ya que pretende deslindar la responsabilidad jurídica final de la FIFA.
Como se advierte, el ámbito de la AFA está convulsionado.
La gente puesta por el Gobierno no logra, hasta aquí, sus objetivos. Ni tampoco escucha o consulta. Están deliberando por unos derechos de televisión sin legitimidad política. Y se sientan a negociar con empresas condenadas por corrupción tanto por la Justicia norteamericana como por la propia FIFA.
No puede haber nuevo contrato con ninguna empresa de televisión sin autoridades naturales elegidas por la Asamblea. Además, ya no se puede hablar solo de derechos de televisión. Hay que incluir a las telefónicas pues el mercado demuestra que cada vez más gente ve el fútbol por las distintas aplicaciones antes que en el living de su casa.
Los dirigentes de la AFA no pueden abordar ningún negocio en prospectiva sin contar con el mejor asesoramiento posible. Y eso requiere tiempo. Esta Regularizadora no puede ni debe firmar o avalar nada. Debería dedicarse a cumplir con sus simples tres obligaciones para las que les va quedando poco margen.
Y el Gobierno, a su vez, no puede unilateralmente rescindir el contrato de Fútbol para Todos que tiene vigencia hasta 2019. Y menos ampararse en una carta que los dirigentes firmaron a pedido de Daniel Angelici a cambio de una gestión por los 2.800 millones de pesos que nunca se pagaron.
El autor de esta nota fue quien redactó esa carta en la que los clubes le ofrecen a la Secretaría General del Gobierno rescindir el contrato. Quienes firmaron, lo hicieron bajo presión en el marco de una convocatoria extraordinaria en Viamonte, a cambio de una promesa incumplida. No tiene valor legal.
Algunos dirigentes de grandes clubes, u otros que alguna vez transitaron agónicamente el ascenso, podrán estar en contra de la proporcionalidad de la nueva Asamblea ya avalada por la FIFA. Mas el Ascenso (Chiqui Tapia y Daniel Ferreiro) y el Interior (Pablo Toviggino), junto a los clubes medianos y chicos, decidirán al futuro presidente de la AFA.
Para la FIFA, Brasil y Jamaica, al igual que Alemania y Haití, valen lo mismo, un voto. Y esto, aunque sea un disgusto para el presidente Macri, está en concordancia con el inalienable principio de la democracia.