"No podés pasar. Está prohibida la entrada de mujeres y niños". Natalia Masip quedó sorprendida, atónita. A ella, piloto de automovilismo con casi 20 años de experiencia en diversas categorías, no la dejaban ir a buscar su propio vehículo al parque cerrado del autódromo de Brandsen, ubicado en la provincia de Buenos Aires, solamente por su condición de género.
Se disputaba una nueva fecha del TC Provincial cuando ocurrió el episodio que derivó en una denuncia formal por discriminación ante el INADI (Instituto Nacional contra la Discriminación y la Xenofobia). Masip fue a retirar su auto del parque cerrado para llevarlo a boxes y un policía no la dejó pasar. "Me dijo que estaba cerrado para mujeres y niños. Le dije que yo era piloto, pero me insistía en que no podía estar ahí, en que me retire. Yo le decía que iba a entrar igual", contó la protagonista de la historia a Infobae.
A pura tenacidad, y viendo que sus colegas varones podían acceder sin problemas, la piloto decidió ingresar al predio para ir en busca de su vehículo, un auto de la marcha Chevrolet que construyó junto a su gente. Fue allí cuando se produjo el momento más tenso: el policía discutió también con su jefe de equipo y, al ver que la mujer se metió en el parque cerrado a pesar de las advertencias, llevó la mano a su cintura y amagó con sacar su arma. Afortunadamente, lograron calmar al uniformado, la situación no pasó a mayores y, finalmente, Masip salió del predio empujando su auto junto a otro de los integrantes de su equipo.
No era la primera vez que era discriminada por ser mujer en el circuito de Brandsen. Ya le había sucedido en dos ocasiones anteriores y, en una de ellas, sus colegas varones se plegaron a su reclamo y la apoyaron parando todos sus autos en el medio de la pista. Para visibilizar el violento episodio que había atravesado, la piloto decidió grabar un video que subió a las redes sociales y que pronto se viralizó. A partir de su denuncia no solo le llegaron mensajes de solidaridad, sino que también se acercaron otras mujeres que habían sido víctimas de la misma situación.
Pero la piloto nacida en la provincia de San Luis no se conformó con hacer público el episodio, sino que fue en busca de respuestas oficiales y se puso como objetivo poner fin a este tipo de discriminación. Primero, recurrió a los organizadores de la carrera, luego habló con la Federación Metropolitana y, finalmente, llegó hasta el encargado de la concesión del autódromo de Brandsen. Este último le dijo que, si volvía a tener un problema, fuera a buscarlo directamente a él.
Sin embargo, la respuesta no conformó a Masip, quien no busca un simple 'parche' a una situación personal, sino que exige que directamente, y de una vez por todas, se quiten este tipo de discriminaciones basadas en el género en el mundo del automovilismo. "En esta categoría corren equipos familiares y las mujeres participan. Si tienen que poner una restricción (de ingreso al parque cerrado), que pongan dos personas por equipo, pero sin diferenciación de género, de color o de raza", señaló.
La puntana, quien también corre en motos y está casada con un piloto, es madre de dos niñas de 9 y 11 años, que ya han incursionado en el mundo del automovilismo. Por ellas y por las generaciones futuras de mujeres en la disciplina, es que busca generar un cambio y anticipa que irá hasta las últimas consecuencias con su denuncia en el INADI. "Deseo que ellas puedan desarrollar su pasión sin estos problemas", concluyó.