Tal como acostumbró al público, Diego Maradona vivió una nueva presentación de la camiseta argentina –sin distinción de deporte– con su euforia típica para alentar a los jugadores. En Zagreb, llegó a minutos de comenzar la serie entre Federico Delbonis y Marin Cilic y se mostró exultante ante cada acción.
Sentado en el palco, el Diez mostró las primeras facetas de su característico histrionismo al levantarse de la silla para sumarse al canto de los más de 3.500 compatriotas que siguieron el comienzo de la final desde las tribunas del Arena Zagreb.
Sin embargo, su primera gran irrupción se dio en el segundo set cuando el ojo de halcón marcó afuera una pelota de Delbonis. El encuentro estaba 5-5 y Maradona hizo gestos alegando un "robo".
Nuevamente se levantó de la silla en el tercer set, cuando Delbo logró quebrar al croata para ponerse 3-0 arriba: Maradona insultó al aire.
Un rato más tarde, con su compatriota a punto de igualar el partido en sets, gritó con vehemencia uno de los aciertos y miró a las tribunas con una enorme sonrisa, juntando sus dedos, en un claro gesto de que los locales sentían miedo.
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