Con los nervios y la cautela lógica para un joven de 18 años, Manuel Peña López llegó el pasado miércoles hasta el edificio Le Parc del barrio porteño de Palermo. Las canchas de cemento del complejo fueron el escenario elegido por el equipo argentino de Copa Davis para realizar una de sus últimas prácticas en el país, antes de viajar a Zagreb para disputar la final del torneo ante Croacia.
Invitado por el capitán, Daniel Orsanic, de quién recibió un gran apoyo desde que comenzó su camino como junior, el mendocino tuvo la gran oportunidad de practicar con Juan Martín del Potro, el tenista número uno de la Argentina y el as de espadas del combinado nacional que, a partir del próximo viernes, irá en busca de la primera Ensaladera de Plata de su historia.
"Obviamente que no podía decir que no", dijo, aún emocionado, Peña López sobre la invitación que le hizo Orsa, como llama al capitán del equipo, para participar de la práctica con los que serán los representantes argentinos en Zagreb. Guido Pella y Federico Delbonis también estaban presentes, pero al joven le tocó estar mano a mano solo con La Torre de Tandil.
A pesar de que la práctica se realizó en un complejo de viviendas en el que habitan cientos de personas, los trabajos se realizaron en un marco de estricta privacidad para asegurar la concentración de los tenistas y no perder el foco del objetivo.
El mendocino contó a Infobae que el trabajo "estuvo muy bien" y que fue "una experiencia muy linda e increíble". "Me vino muy bien. No tengo la posibilidad todo el tiempo de entrenar con Juan Martín ni con un jugador de ese nivel y estuvo muy bueno", agregó.
El duelo entre Del Potro y Peña López consistió en peloteos muy largos, con el objetivo de lograr volumen de juego y resistencia. Se trabajaron golpes de fondo y, sobre todo, el slice del tandilense, que podría ser una buena arma en una superficie rápida ante grandes sacadores como Marin Cilic e Ivo Karlovic. Para el mendocino, la raqueta número uno del país "está jugando muy bien" y, de acuerdo a lo que advirtió en el entrenamiento, afirmó que "puede jugar todo", tanto singles como dobles, a pesar de la exigencia que implica competir durante tres días seguidos en el más alto nivel.
Tímido ante la presencia que impone una figura de prestigio internacional como "La Torre", el jovencito se limitó a cumplir su rol de compañero de entrenamiento. Sin embargo, en esas horas compartidas, pudo captar algunas de las sensaciones y los pensamientos que pasan por la cabeza del campeón del US Open 2009: "Está nervioso, con un poco de presión porque es una final. Si bien él sabe que está volviendo y que los otros son favoritos, siente que si juega bien, la Argentina tiene muchas chances de ganar".
Sobre lo que le deparará al elenco argentino en Zagreb, Peña López consideró que el dobles va a ser "el punto clave" y analizó: "Los números están a favor de ellos, son locales, tiene grandes sacadores y van a poner una superficie muy rápida. Eso beneficia a Karlovic, con su saque y su altura. Pero Juan Martín juega muy bien en superficies rápidas y eso puede ser un arma de doble filo para ellos, se les va a complicar mucho".
Lindo entrenamiento con @delpotrojuan previo a la Copa Davis. Muchas gracias Orsa por la invitación. VAMOS ARGENTINA!! 🎾🇦🇷💪🏽 pic.twitter.com/eXpJrxiQmf
— Manu Peña Lopez (@PenaManu98) November 16, 2016
"No descarto la posibilidad de que Argentina se quede con la Ensaladera. Los veo muy bien a los chicos", remarcó el mendocino, nacido en el pequeño poblado de Chacras de Coria y radicado en Buenos Aires hace dos años, que se ilusiona con volver a ser sparring del equipo, como ya lo fue en la serie ante Bélgica del 2015.
Peña López no llegó a codearse con los más grandes del tenis nacional por casualidad. A los ocho años se metió en una cancha de paddle y, al poco tiempo, su tío advirtió su talento y lo llevó a jugar tenis a un club. En ese momento, decidió dejar atrás la práctica del rugby, una pasión heredada de su padre, para dedicarse por completo a su amor por la pelota y la raqueta.
Con Roger Federer como ídolo y Juan "Pico" Mónaco y David Ferrer como referentes, el juvenil apuesta a un juego agresivo desde su derecha. Aunque sigue siendo junior, en este 2016 se volcó a los torneos profesionales: jugó Futures y Challengers, y consiguió sus primeros puntos ATP en dobles en pareja con el serbio Janko Tipsarevic en el certamen de Ginebra, en Suiza.
A futuro, "Manu", una de las grandes esperanzas del tenis argentino, se anima a soñar en grande: su meta para el año próximo es meterse entre los 300 mejores jugadores del mundo y, dentro de dos temporadas, tener la posibilidad de ingresar a los torneos de Grand Slam.