El Tomás Adolfo Ducó fue el escenario en el que se cerró la jornada sabatina con el encuentro que protagonizaron Huracán y Racing, válido por la decima fecha del campeonato doméstico. La noche porteña comenzó con un ritmo lento y expectante. El Globo le cedió la iniciativa a la Academia, que a través de los remates de media distancia de Marcos Acuña exigió a Marcos Díaz.
Como los equipos no se sacaban diferencias, ambos apostaron por el error ajeno y una recuperación de Lisandro López en una salida quemera le dio la posibilidad a Óscar Romero de festejar el primero. Sin embargo, el paraguayo definió pésimo y el marcador continuó en blanco. Luego de dicha acción el Globo se despertó gracias a la velocidad de Alejandro Romero Gamarra, quien se encargó de abastecer a Javier Iritier y Jerónimo Barrales.
De a poco los intérpretes fueron arriesgando un poco más y sobre la media hora el virtuoso volante con pasado en Cerro Porteño encaró de derecha al centro. Dejando a varios rivales en el camino, el Melli buscó sorprender a un arquero que sólo atino a observar cómo la pelota se estrellaba contra el primer palo. La fortuna estuvo del lado del conjunto de Ricardo Caruso Lombardi.
El laboratorio del mediático entrenador le sirvió a Huracán para exigir a Agustín Orion. Un tiro libre ejecutado por Mariano González y concluido por Romero Gamarra asustó al ex San Lorenzo, quien tuvo que retroceder en pleno vuelo para desviar al córner.
De todos modos, antes de que se vayan al descanso una extraordinaria maniobra del Huevo encausó el grito de Lautaro Martínez. El ex Ferro desbordó con clase y envió un preciso centro para que el juvenil se le anticipe a su marca y establezca el 1 a 0.
En el complemento los de Caruso tuvieron una actitud más agresiva y arrinconaron a su rival contra las cuerdas. Además, como es habitual en los equipos de Ricardo Zielinski, el refugio en su propio arco apareció como recurso principal para defender la victoria. Salvo por la rebeldía de Romero y Martínez, Racing seguía llegando al territorio enemigo.
El ingreso de Daniel Montenegro le dio otro panorama al Globo. El Rolfi lideró la ofensiva con clase y precisión, pero las ocasiones elaboradas no se podían concluir en la red. Un centro del ex Independiente, un flojo despeje de Vittor y un violento disparo de Araujo le movieron la estantería a la Academia. La unión de los caños devolvió la pelota para que respiren los de Avellaneda.
En una de las últimas acciones los quemeros consiguieron llegar a la igualdad. Si bien Huracán merecía su gol, las formas no fueron las adecuadas. Con una clara infracción, popularmente bautizada como plancha, Ignacio Pussetto capitalizó la desinteligencia de la última línea defensiva y selló el 1 a 1. Con una injusticia, el Globo impuso la justicia en el marcador.
Por Fernando Taveira – ftaveira@infobae.com
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Estadio: Tomás Adolfo Ducó
Árbitro: Mauro Vigliano
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