Argentina se jugaba mucho ante Colombia. Arrancó el partido fuera de la zona de clasificación al Mundial de Rusia y no tenía otra alternativa más que el triunfo. Lionel Messi fue quien se cargó el equipo al hombro, jugó uno de sus mejores encuentros con la selección argentina y se redimió ante la gente que igual lo había ovacionado antes del partido.
Mucho se le machacó al plantel por la dura derrota ante Brasil. Sin embargo, La Pulga no fue el apuntado por el público. Junto con Emmanuel Mas, el rosarino se llevó la mayor ovación.
El partido de Lionel Messi comenzó de la mejor manera. A los 10 minutos, marcó un golazo de tiro libre. Un minuto después, metió una corrida tremenda a pura velocidad. Con estas acciones ya demostró que sería su noche. A los 13', despertó el ole ole de la gente, tras una pared; mientras que a los 22', luego de sacarse un rival de encima, le puso la pelota en la cabeza a Lucas Pratto, para el segundo tanto.
La Pulga nunca dejó de ser la manija del equipo. Siempre participativo, tuvo otra pared que despertó una nueva ovación y lo cerró con su sonrisa pícara. A los 30', le metió un sombrerito a un rival y recibió una brutal patada en la cabeza. No protestó, siguió jugando y haciendo delirar al público.
A los 43′ protestó por una mano que el línea no había sancionado y luego de la falta cobrada por el árbitro, mostró su malestar con el juez porque no le sacaron tarjeta amarilla al rival.
En el complemento, tuvo un pie a pie tremendo y con mucha velocidad generó una gran apilada de los rivales. Por poco no terminó en un nuevo gol argentino. A los 15′, fue un defensor más: recuperó la pelota y luego la cubrió hasta que ganó un lateral. La gente se lo reconoció con aplausos.
A los 22′, Messi tuvo el segundo gol personal pero optó por entregarle un pase a Di María, quien remató cruzado. La Pulga encabezó el contragolpe y tras un quiebre de cintura, decidió pasarla, en vez de pegarle.
Hasta que a los 38′ le puso la frutilla al postre de su actuación, no con el gol pero sí con la jugada previa al tanto de Di María. Tiró un taco y luego volvió a robar la pelota para servirle el tanto al Fideo.