"Donald Trump recuerda a Diego Armando Maradona. El presidente electo de Estados Unidos y el astro argentino comparten, entre otras virtudes, el populismo, el narcisismo, la incontinencia emocional y la verborrea. Ambos se postulan como defensores de los pobres pero acumulan fortunas y no pagan sus impuestos; ambos ansían la adulación de las multitudes; reaccionan a las críticas con zarpazos desmesurados; opinan con autoridad sobre temas de los que tienen mínimo conocimiento; y, dada la oportunidad, no paran de hablar".
Así comienza el artículo de John Carlin, en su reconocida columna dominical del Diario El País de España. El paralelismo, muy polémico por cierto, alcanza al presidente electo de los Estados Unidos y a uno de los mejores jugadores de fútbol de todos los tiempos.
Sin embargo, el periodista inglés, fanático del fútbol y especialista en política internacional, afirma que Maradona es muy superior a Trump porque "aparte de que tiene un sentido del humor más sofisticado, un mejor dominio de su lengua nativa y un corte de pelo menos absurdo, lo que coloca a Maradona en otra dimensión es que tiene talento y Trump no tiene ninguno".
Continuando con su crítica al magnate, Carlin destaca la gran diferencia entre ambos: "Trump se hizo rico y famoso, y ahora será presidente del país más poderoso del mundo, porque heredó una fortuna de su papá. Maradona nació pobre y se convirtió en un ídolo mundial porque jugó al fútbol como Dios".
En su columna, también menciona a Lionel Messi y cómo con su habilidad podría poner punto final a la guerra en el mundo: "… si Messi fuese capaz de aplicar ese GPS que lleva dentro del cerebro en el campo de fútbol al terreno geopolítico, quizá sería capaz de encontrar el hueco necesario para superar el autobús defensivo que Assad y Putin han aparcado en Siria para evitar que se marque el gol de la paz".
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