"Si hay silbidos no pasa nada, lo importante es que Diego la pase bien", declaró Gabriel Milito en la previa del partido despedida que su hermano vivió ayer en la cancha de Racing.
Gabriel, ídolo de su época como jugador en Independiente, y hoy además entrenador del Rojo, aceptó la invitación de su hermano Diego, emblema de Racing, acaso el jugador más querido de los últimos 10 años. Y los silbidos llegaron…
Es que cuando la voz del estadio anunció el ingreso de Gabriel, que estuvo como invitado en el banco del Racing campeón 2001 aunque junto a Andres D'Alessandro y Leonardo Ponzio, entre otros, la multitud de hinchas de la Academia que acudió al estadio Presidente Perón lo abucheó y lo silbó sin piedad. El Mariscal guardó la compostura y soportó todo con altura.
Incluso no faltaron los cánticos de la hinchada: "Vos sos de la B", le gritaron y Gaby no se inmutó. Incluso una toma de la cámara principal de la transmisión lo mostró riéndose, entendiendo que lo que pasó era esperable y, en definitiva, aquello para lo que fue.
"Lo importante es estar con Diego y acompañarlo en su día, hacía bastante que no venía a esta cancha, la última vez fue con Estudiantes", dijo también el Mariscal, quien luego destacó la carrera de Diego: "Creo que ha hecho méritos para hacer la carrera merecida que hizo, fue un jugador que evolucionó y se superó a sí mismo con el correr de los años, nosotros como familia sabíamos del potencial que siempre tuvo, fue una cuestión de tiempo y oportunidades que supo aprovechar para hacer todo lo que ya sabemos".
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