Desde temprano la emoción invadió al Cilindro con la fiesta que vivió Diego Milito en su homenaje de despedida. La actitud de Gustavo Costas, con lágrimas contenidas, junto a las constantes ovaciones que recibieron los invitados auguró una celebración a lo grande.
La nostalgia se sintió cuando desfilaron todos los campeones del 2001 liderados por Mostaza Merlo. En cambio, el sentimiento mermó cuando salieron a la cancha vestidos de civiles protagonistas identificados con otros colores, como los casos de Leo Ponzio ó Andrés D´Alessandro. Sin dudas, la mutación del amor al odio se hizo sentir cuando Gabriel Milito salió del túnel. La silbatina generalizada y el recuerdo del descenso del Rojo opacaron la actitud que tuvieron los hinchas hacia el entrenador de Independiente.
Si bien el partido comenzó con un ritmo pausado, el Príncipe fue el encargado de abrir el marcador luego de una asistencia de José Chatruc en la ejecución de un penal. La víctima fue el italiano Francesco Toldo.
El 1 a 0 parcial se detuvo para que los históricos campeones de 1967 tengan su reconocimiento. Las placas para Juan José Pizzuti y el Bocha Maschio, quienes fueron parte de transformar a Racing en el Primer Grande, junto con el video en conmemoración a Roberto Perfumo aportaron el sello de la historia del club.
El mensaje de Rubén Paz y el saludo de la familia Milito concluyeron el descanso. Todavía quedaba espectáculo por delante. La dupla leprosa conformada por Walter Samuel y Maxi Rodríguez emparejó el partido. El desborde del defensor le permitió a la Fiera batir a Musso, quien reemplazó a Pezzuti.
Con su habitual movimiento, Milito consiguió volver a gritar. Con el enganche hacia el centro, el ídolo se sacó de encima a Loeschbor y definió al segundo palo: 2 a 1. Como pasa tradicionalmente en este tipo de compromisos, el resultado sirve para decorar, porque el mayor regalo que recibió la figura de la tarde fue compartir el césped con su hijo.
La infracción de Iván Ramiro Córdoba sobre Gustavo Bou le dio la oportunidad al heredero de cerrar la tarde con su gol. Leandro Milito selló el 3 a 1, para darle lugar a la música y al repaso de su trayectoria por la Academia, el Genoa, el Zaragoza, el Inter y la Selección. La mitad de Avellaneda le dijo adiós al ídolo. Milito hay uno solo.
Por Fernando Taveira – ftaveira@infobae.com