Una tarde de octubre de 1991 Magic Johnson dormía la siesta en su casa de Utah cuando sonó el teléfono. "Earvin, diste positivo por VIH", le indicó desde Los Ángeles Michael Mellman, jefe del servicio médico de los Lakers de la NBA y allí todo terminó. Poco después, precisamente el jueves 7 de noviembre, el mítico base anunció públicamente su cuadro y, consecuentemente, le puso fin a su carrera. De aquel día de conmoción a nivel mundial se cumplen hoy 25 años.
Al recibir la noticia a uno y otro lado de la línea telefónica solo hubo silencio. Entonces, la esposa de Johnson estaba embarazada del segundo hijo de ambos y el atleta creyó que su mundo se desgranaba (tiempo después los estudios confirmaron que el feto no había sido infectado por el virus).
"Tenía la información y no podía decirle a nadie. Sabía exactamente lo que iba a decir. Sabía que había dado positivo de VIH y sabía que se tenía qué hacer para enfrentar el diagnóstico. Fue una situación angustiante, pero es algo que los médicos enfrentamos constantemente", mencionó tiempo después el doctor Mellman en declaraciones al diario Excélsior.
Desde la confirmación del diagnóstico, en octubre, hasta el 7 de noviembre, Magic Johnson analizó en un muy cerrado círculo cada uno de los pasos que iba a dar antes de hacerlo público. La ausencia del mejor jugador del equipo argelino en los primeros partidos de la temporada 1991-92 despertó, sin embargo, las especulaciones primero, la preocupación después. El cuadro era preocupante porque al base, entonces de 32 años, le habían pronosticado un tiempo de vida máximo de cuatro años. Hoy tiene 57 y es un referente de la lucha contra la enfermedad que, en su caso, fue clave la detección temprana que le permitió recibir el tratamiento adecuado.
En su anuncio, el atleta nacido en Lansing, Míchigan, prometió que lucharía contra la enfermedad que había contraído, también según sus propias palabras, por su "promiscuidad sexual". Aquella tarde de noviembre de 1991 de la que hoy se cumplen 25 años, Earvin Magic Johnson le puso su cara y su nombre, acaso de las más importantes de entonces a nivel mundial, a una de las enfermedades más tabúes de la historia. "La vida sigue y volveré a ser un hombre feliz", lanzó.
Desde aquel discurso mucha gente entendió que podría hacerle frente al terror que causaba el virus empezando por lo más difícil. Reconocerlo ante los suyos. Si Magic Johnson lo hizo, entonces yo también.
"Para mí, Magic es un héroe, un héroe para cualquiera que ame el deporte", dijo tras la conferencia del basquetbolista George W. Bush, quien por entonces ejercía la presidencia de los Estados Unidos.
Johnson, el basquetbolista de 2,06 metros que llevó a Los Ángeles Lakers a ganar cinco anillos de la NBA (1980, 1982, 1985, 1987 y 1988), que fue MVP de las finales (1980, 1982 y 1987), que fue 12 veces incluido en el All Star Game, regresó tras su primer retiro del básquet en dos ocasiones más. En 1992 volvió a para jugar los Juegos Olímpicos de Barcelona y luego reapareció en 1996 por solo tres meses.
En la cancha ya había logrado convertirse en una leyenda. En la vida, se había transformado en sobreviviente.