Un nuevo derby de Manchester se llevó a cabo en el Teatro de los Sueños. Old Trafford fue el escenario del duelo correspondiente a la cuarta ronda de la Copa de la Liga Inglesa, con el aliciente del tradicional cruce de estilos de los entrenadores: Mourinho vs Guardiola.
El 4-4-2 que presentó el ex DT del Barcelona fue el sexto cambio táctico que hizo el catalán desde que asumió el cargo en los Citizens. En cambio, el portugués apostó por su particular idea mezquina al formar con un 4-1-4-1.
El temor a la derrota (y a la eliminación) hizo que el show carezca de emociones. Durante toda la primera etapa los protagonistas priorizaron cuidar el cero por sobre buscar el arco ajeno. Salvo por algunas individualidades de Paul Pogba o algún arrebato de Marcus Rashford, en donde Wilfredo Caballero tuvo que intervenir para mantener la igualdad, el partido se estableció lejos de las áreas. En cambio, los de Pep ni siquiera lograron conectar el circuito ofensivo que pretendieron conformar Nolito, Jesús Navas y Kelechi Iheanacho.
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En el complemento los dueños de casa cambiaron la mentalidad y una asistencia de Zlatan Ibrahimovic hacia el virtuoso volante francés pudo cambiar la historia, pero la notable respuesta de Willy, con ayuda del poste, evitó el grito local.
La actitud agresiva le dio resultados al United. La acción que comandó la estrella sueca, el sacrificio de Ander Herrera para sacar de escena a Nicolás Otamendi y la definición de Juan Mata fueron los componentes de la conquista que hizo delirar al estadio. El pleito comenzaba a resolverse gracias a la cabeza lusitana.
El ingreso de Sergio Agüero a 20 minutos del final no cambió el destino del encuentro. Si bien el Kun intentó asociarse a la línea más adelantada del City, la férrea defensa local atentó contra los deseos celestes. Manchester se tiñó de rojo.
Por Fernando Taveira – ftaveira@infobae.com