Antes de los diez minutos del complemento, Luis Enrique miró a los jugadores que estaban calentando y lo llamó. El Camp Nou explotó de algarabía cuando vio al argentino alistándose para entrar. La ovación fue atronadora cuando pisó la cancha tras su lesión, que lo mantuvo 24 días afuera, pero más aún cuando tocó una de las primeras pelotas.
Con la cinta de capitán que le había cedido Sergio Busquets, la Pulga tomó la pelota en el área y no perdonó a su compatriota Germán Lux. Tardó solamente tres minutos en hacer sufrir a otro rival, cuando la goleada del Barcelona ya estaba tomando forma ante Deportivo La Coruña.
Un alivio para el entrenador blaugrana y también Edgardo Bauza, quien se mostró preocupado por el nivel de la Selección sin su capitán.