Diego Armando Maradona se robó todas las miradas en el partido de Unidos por la Paz que se disputó en el Estadio Olímpico de Roma. Si bien el escándalo con Juan Sebastián Verón terminó absorbiendo buena parte de la atención, el Diez jugó los 80 minutos y dejó destellos de su intacta calidad.
Pases de pecho o habilitaciones de tres dedos fueron parte del menú que ofreció el astro argentino, que en pocos días cumplirá 56 años. Más allá de su condición física acorde a su edad y el trajín de las lesiones a lo largo de su carrera, demostró que su jerarquía no desapareció.
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Si bien no tuvo chances de incomodar al arquero rival en el duelo que terminó perdiendo 4-3, habilitó en uno de los goles y tuvo un divertido enojo con el juez de línea sobre el final por anular una jugada que habían armado con su hijo por fuera de juego.
Diego Junior fue parte de los 20 minutos finales del encuentro que organizó el papa Francisco y cumplió el sueño de vivir en una cancha un partido con su padre.