La calurosa jornada de Belgrado amaneció cargada de expectativa. Desde temprano los fanáticos se fueron acercando al imponente estadio situado en medio de la fortaleza de Mali Kalemegdan que forma parte de la historia del país, ya que fue construido en el siglo XVIII cuando los serbios estaban en disputa con los turcos.
Los primeros en llegar fueron los más chicos, ansiosos por conocer el sorteo de la séptima edición del torneo de básquet callejero más importante del planeta: el King of the Rock. Con la presencia argentina a cargo de Ignacio Motta, un platense que duró escasos minutos por los 4 triples del local Bogdan Dragovic, el certamen se desarrolló en un marco festivo y vertiginoso.
También hubo tiempo para la emoción, dado que un aficionado sorprendió a su novia ante el exultante público con el pedido de matrimonio unos instantes previos al inicio del campeonato. El sí de ella cerró la etapa de espera para darle lugar a los verdaderos protagonistas: los jugadores.
Fueron 29 aspirantes al título de 21 países distintos, y el camino de Stefan Kojic hacia la corona estuvo marcado por la dificultad de su rivales. Si bien no tuvo el fixture más accesible, el serbio se las ingenió para superar en el debut al campeón de Moldavia, Denis Melniciuc.
El segundo paso fue contra su compatriota Dragovic, quien llegó a esa instancia sin transpirar por la poca resistencia que le propuso el argentino y ostentaba la gloria adquirida en la edición de su país. Los tiros de larga distancia fueron la herramienta que empleó Kojic para acceder a los cuartos de final, donde lo esperaba un clásico adversario: el montenegrino Bosko Boskovic.
En el duelo previo a la final, el nuevo ídolo de Europa del Este tuvo que medir sus fuerzas frente a Vakhtang Kadaria, un experimentado personaje oriundo de Georgia que le dejó como recuerdo un duro golpe en el tabique nasal. Su victoria fue una muestra de sacrificio y superación.
El momento más esperado llegó cuando chocó contra el lituano Karolis Sarukas. El partido de palo y palo entregó de todo: bandejas, volcadas, triples y amagues de todo tipo. Naturalmente, el roce físico pasó a la historia cuando el favorito de los hinchas se subió a lo más alto del podio y terminó su producción con el trofeo de campeón. Al ritmo del hip hop, el serbio voló hasta tocar el cielo con las manos y convertirse en el mejor jugador de streetball de la actualidad. Sin dudas, Red Bull le dio alas.