Los Wallabies iniciaron el partido siendo una aplanadora y, tras tres tries y tres conversiones en quince minutos, derrotaban a los Pumas en Perth por 21 a 0. Hasta ese momento, el encuentro transcurría normalmente; pero una jugada estuvo a punto de desvirtuar todo por completo.
Israel Folau no quiso soltar la pelota para que los argentinos pudieran reanudar rápidamente el partido. Por ende, se produjo un forcejeo entre algunos jugadores que estuvo a nada de provocar una batalla campal. Empujones, manotazos y tacazos, el denominador común de la trifulca que sucedió en el NIB Stadium.
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Pese a ese momento de tensión, ambos equipos lograron calmarse y evitar que se origine una importante gresca en pleno campo. El árbitro inglés Wayne Barnes decidió que el juego prosiga con la tenencia de la guinda para Argentina, debido a la retención de rugbier australiano.
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