Daniel Orsanic se vistió de jugador de póquer para diagramar la estrategia en esta semifinal de Copa Davis y tiró sobre el paño todas sus fichas. All in. Juan Martín Del Potro en el primer turno para chocar de entrada con el potencial de Andy Murray.
Por lo general, los entrenadores prefieren que el choque estelar se desarrolle el domingo, cuando ya están las cartas jugadas y los partidos tienen un carácter definitorio.
Sin embargo, Orsanic realizó este movimiento en el tablero que tuvo una doble lectura: hacer jugar a un Delpo con resto físico que no sabe si tendrá el tercer día y la posibilidad de debilitar emocionalmente al resto del equipo ante una derrota. Le salió bien.
Juan Martín jugó el partido más largo de su carrera (5 horas y 7 minutos), pero pudo apropiarse en cinco sets de la batalla ante el número 2 del mundo.
El envión se llevó por delante a Kyle Edmund, con un conductor llamado Guido Pella. "Fue muy fuerte verlo a Delpo luchar de esa manera. Eso me inspiró a ver acá y decir 'corro todo lo que pueda'", aceptó el bahiense tras conseguir el segundo punto.
"Fue una decisión arriesgada pero creo que necesitamos arriesgar para poder ganar contra un equipo tan compacto y sólido como Gran Bretaña", aceptó Orsanic ante la consulta.
El próximo movimiento de ajedrez deberá realizarlo con el dúo que saltará a jugar el dobles en busca del pasaje a la final con un contundente 3-0. Leonardo Mayer tiene todos los boletos para ser uno de los protagonistas y Delpo sería el otro.
Aunque el factor físico será nuevamente determinante para darle pista a la Torre de Tandil en este contexto de exigencias sin una pretemporada en el haber. Del Potro podría jugar y ser nuevamente el as del triunfo, cerrando la llave. También podría ser cuidado para llegar en condiciones de desarrollar su hipotética superioridad sobre Edmund el domingo.