Guido Pella, el fanático de Olimpo que aprendió a jugar al tenis con su papá y celebró su mejor triunfo

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(Sergio Llamera / Prensa AAT)
(Sergio Llamera / Prensa AAT)

Guido Pella tomó su primera raqueta a los cinco años y ya no volvió a soltarla, aunque estuvo cerca. Nació en Bahía Blanca el 17 de mayo de 1990 y respiró tenis casi desde la cuna.

"Él arrancó a los cinco años, mi señora iba a la Universidad y a esa edad lo dejaba en Club Liniers, donde se la pasaba con una raqueta y una pelotita. Más adelante se agregó Catalina y los dos se quedaban sin problemas, porque son chicos muy obedientes y tienen pasión por el tenis", apuntó Carlos Pella, padre de la criatura, tiempo atrás en una entrevista.

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Guido se destacó como tenista desde sus comienzos pero recién logró explotar a los 24 años, cuando logró dominar su cabeza, hasta entonces su principal enemigo, gracias a la ayuda del entrenador Gustavo Marcacho, quien le hizo comprender que la presión, bien manejada, debía ayudarlo a superarse en lugar de frustrarlo, como solía ocurrirle en los torneos Challengers.

Guido Pella debutó en el
Guido Pella debutó en el circuito ATP en 2012

Guido es el mayor de los hijos de Carlos Pella y María del Rosario Fernández. Su hermana Catalina (la otra se llama Sol) también se dedicó al tenis y desarrolló su carrera en el circuito ITF. Para la familia no fue fácil sostener el crecimiento profesional de los chicos, pero el talento que mostraban fue suficiente para que hicieran más de un sacrificio.

"Yo tenía un Renault Scenic con gas e hicimos más de 150 mil kilómetros por todo el país, viajando con los torneos. Y encima nos tuvimos que dividir con Charo porque los torneos de varones habitualmente no coincidían con los de las mujeres e íbamos uno con cada uno. Hasta que un día le dije a un ayudante que se quedara con el 50% del negocio (ndr: la escuela de tenis que tiene en Bahía Blanca), pero que me entrenara a Guido y Catalina", comentó el padre de los hermanos Pella.

Una vez que el zurdo confirmó en los torneos Challengers que su futuro profesional estaba en una cancha y con raqueta en mano, emigró a Europa y allí tuvo su primer contacto con el profesionalismo a partir del interés de las marcas que intentaban quedarse con su representación. Guido logró como junior un récord de 19-5 en singles y alcanzó el puesto 42º del ranking.

El tenista zurdo, fanático del club Olimpo, hizo su debut oficial en un torneo ATP a los 22 años, en el US Open 2012 y ante el ruso Nicolay Davydenko, a quien logró ganarle un set para, finalmente, caer por 5-7; 6-3; 4-6 y 2-6.

Desde entonces jugó 64 partidos como singlista y su mejor triunfo fue en el ATP 500 de Río de Janeiro 2016, cuando venció en semifinales al austríaco Dominc Thiem, entonces 19º del mundo, por 6-1 y 6-4.

Su notable recorrido por el circuito ATP llamó la atención de Daniel Orsanic, capitán del equipo argentino de la Copa Davis, quien lo convocó para jugar la serie con Polonia de primera ronda del certamen 2016, llave en la cual ganó su partido debut en el máximo certamen por equipos ante Michal Przysiezny por 6-1; 6-4 y 7-6 (ndr: Argentina ganó aquella serie por 3-2).

Pella debutó en la Copa
Pella debutó en la Copa Davis en 2016 ante Polonia

Guido Pella había aprobado el examen de jugador copero y entonces fue nuevamente convocado por Orsanic, ahora para disputar las semifinales con Gran Bretaña. El momento de la convocatoria fue particular: venía de quedar eliminado en el US Open tras un muy mal partido ante el ruso Mikhail Youzhny en segunda ronda (2-6; 1-6 y 6-7).

El bahiense se sorprendió con el llamado pero fue Glasgow en busca de su revancha personal y vaya que tuvo rédito: fue el protagonista secundario del comienzo de la llave ante la Gran Bretaña de Andy Murray y compañía al ganar su punto, el segundo de la serie, ante Kyle Edmund, para dejar 2-0 a la Argentina tras el épico triunfo de Juan Martín del Potro ante el Nº 2 del mundo en el primer turno de la jornada.

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A comienzos de 2015 el tenis puso a Guido Pella en un momento bisagra: no encontraba motivación ni resultados, no tenía ganas. "El tenis me estaba haciendo mal y no me aguantaba ni yo. Me la estaba agarrando con todo el mundo, con mi familia, con todos", contó tiempo atrás en una entrevista con el diario La Nación.

Se dio, sin embargo, una oportunidad más. Si no resultaba podría haber sido la última, pero no. Comenzó a lograr resultados en los Challengers, en un año subió cerca de 100 puestos en el ranking y, así, tuvo la oportunidad de volver a jugar torneos de Grand Slam. El oficio, que nunca se había perdido, se reencontró con el nivel y el maridaje lo puso de nuevo en la escena grande.

¿Qué significa el tenis en la vida de la familia? Le preguntaron a Carlos Pella en el sitio de noticias de la localidad bonaerense de Tres Arroyos (su pueblo natal) La Voz del Pueblo. "Está todo el día en nuestra vida. Yo trabajo a la mañana en el Poder Judicial y a la tarde me voy al complejo a dar clases y tratar de mejorar todo lo que se pueda. Ahora estamos por hacer alguna cancha más. Si Guido se mantiene 5 ó 6 años en el top 50 va a poder vivir del tenis hasta después de su retiro; con Catalina espero lo mismo. Ellos tienen la universidad del deporte, así que su salida laboral está asegurada. Si viene con mejores resultados aún, mucho más beneficioso para los dos".

Hoy, el deseo de Guido Pella y su familia parece empezar a cumplirse después de tanto y tan arduo trabajo. Su nombre aparece en el puesto 49º del ranking mundial y su nombre ya está grabado en la historia grande de la Copa Davis.

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