Pregunta: ¿Tienes novia?
Respuesta: Sí, tengo novia.
Pregunta: ¿Tienes novia?
Respuesta: Sí, está en Argentina. La verdad que estoy bien y estoy tranquilo.
El diálogo entre periodistas del programa Hat Trick Barça de la TV de Catalunya y Lionel Messi ocurrió el 26 de enero de 2009, día en que, aunque sin nombrarla, La Pulga, con 21 años, oficializó su romance con Antonella Roccuzzo, por entonces de 20, aquella vecina de Rosario a la que conoció gracias a Lucas Scaglia, un compañerito de las inferiores de Newell's y primo de la actual esposa y madre de los dos hijos del mejor del mundo. Un Messi que no para de transformarse en el centro de interés cada vez que aparece en la escena pública.
Fue en 1996 cuando Messi, Scaglia y su prima Antonella comenzaron a pasar mucho tiempo jugando a orillas del Paraná, en la ciudad natal de ambos. Lio, de 9 años, se sintió rápidamente flechado por la hija de José y Patricia, dueños de la cadena de supermercados Único de la ciudad de Rosario, pero no se animaba a declararse. Cuentan quienes lo conocen desde chico, que el pequeño que ya deslumbraba en las inferiores de Newell's escribía cartas en las que daba por hecho que algún día ella sería su novia.
El primer supermercado de los padres de Antonella Roccuzzo, ubicado en el 4156 del Bulevard Rondeau, en Rosario, comenzó siendo una despensa de barrio, propiedad de la abuela de Antonella. Con el tiempo se transformó en uno de las principales empresas de la zona que hoy cuenta con otras seis sucursales en la provincia.
Segunda de las tres hijas de José Roccuzzo y Patricia Blanco –la primera fue Paula, de 30, abogada; la última fue Carla, de 26, médica–, Antonella cursó sus estudios en prestigioso Centro Educativo Latinoamericano y siempre mantuvo una estrecha relación con Lionel hasta que en el año 2000 el padre de éste, Jorge Messi, tomó la decisión que cambiaría todo: viajar a España para probar suerte en el Barcelona. Allí, las vidas de Lionel y Antonella tomaron rumbos diferente: él comenzó a recorrer el camino que lo llevaría a ser el mejor del mundo y ella intentó rehacer la suya con un vecino de Rosario con quien mantuvo una relación estable por casi tres años.
La espigada morocha tuvo también su costado deportivo: durante seis años dedicó cinco horas diarias, tres veces por semana, a la práctica de gimnasia deportiva que realizaba en el Club Gimnasia y Esgrima. Se entrenaba duro para lucir su ya de por sí natural belleza. A los 13 años, tal vez aburrida de aquella rutina, le puso fin.
A poco de que La Negra, como la conocen de chica, se recibiera de bachiller con orientación en Humanidades y Ciencias Sociales, se produjo el reencuentro con Lionel en el marco de un episodio trágico en la vida de ella: la muerte de una amiga suya en un accidente provocado por una persona que manejaba alcoholizada. Messi se enteró y, ni bien pudo, viajó para estar a su lado.
En ese momento, afianzaron la relación pero eligieron mantenerla en privado. Messi regresó a Barcelona y Antonella intentó encontrar su vocación. En primera instancia, estudió odontología en la Universidad Nacional de Rosario, pero el entusiasmo duró poco, apenas seis meses. Entonces probó suerte con Comunicación Social, donde cursó un año de carrera.
Todo marchaba bien entre ambos, y ellos ya no querían disimular. Cuentan en el círculo de amigas de Antonella que ella reconoció que salía con Lionel un día del amigo, el 20 de julio de 2007, cuando las reunió en una quinta que la familia Roccuzzo tiene en Roldán, una ciudad de la zona sur de Rosario.
La confirmación de que la relación ya estaba establecida ocurrió antes del Mundial de Sudáfrica 2010. Roccuzzo viajó por primera vez a Barcelona y se instaló en la casa de Lio, ubicada en Castell De Fels. Allí la visitaban sus familiares y amigos, y ella pasaba su tiempo entre el gimnasio, las clases particulares de inglés y el acompañamiento del jugador.
El 2 junio de 2012, en tanto, una celebración de Lionel Messi con la camiseta de la Argentina tras un gol a Ecuador en el estadio Monumental confirmó los rumores que ya tenían peso de noticia: Antonella estaba embarazada de Thiago, el primer hijo de ambos, nacido el 2 de noviembre de ese año.
La rosarina ya era una de las personalidades más buscadas por los medios, pero jamás quiso conceder una entrevista. Mantuvo siempre el más bajo perfil y sus apariciones públicas sólo quedaron registradas en las galas del Balón de Oro de las que Messi participaba como principal figura o en las ya esperadas vacaciones de ambos en las que ella suele lucir su espectacular figura.
Cuando la temporada de fútbol europea 2014-15 estaba a punto de finalizar con el Barcelona como ganador del triplete Copa del Rey-Champions-Liga, y con Messi convertido en el máximo goleador de la temporada del equipo con 43 goles, fue el propio delantero el que confirmó con una foto en Facebook que Antonella estaba esperando el segundo hijo de la pareja, Mateo, nacido el 11 de septiembre de 2015.
La vida de Lionel Messi y Antonella Roccuzzo pareciera estar destinada a coincidir, sea por el destino o por ellos mismos: la historia los encuentra siempre juntos, o cuanto menos muy cerca. Él siempre supo que la amaba y ella tuvo la paciencia suficiente para esperar el momento del reencuentro definitivo.
La pareja vive desde hace años en Barcelona, pero cada vez que puede viaja a la Argentina para reencontrarse con familiares y amigos, círculo que ambos aprecian. Cuando están en Rosario, Antonella pasa mucho tiempo en el complejo Funes Hills Mirasoles, el barrio cerrado donde habitan sus padres.
Street View: Funes Hills Mirasoles
Disfrutan también, claro, del tiempo que pasan en familia; tiempo que incluye, además de los partidos de Lionel, la vida habitual del resto de los mortales, como el de la escolaridad de los niños, por ejemplo, y el del descanso en las vacaciones que suele encontrarlos en sitios excéntricos, en general paradisíacas playas donde Antonella Roccuzzo toma el rol de protagonista principal de esta historia de amor que los medios buscan desesperadamente reflejar con su retrato.