La tercera fue la vencida para el británico, había perdido las dos finales en los dos primeros Grand Slam del año pero en su tierra natal fue invencible y se quedó con un nuevo campeonato.
Andy Murray repitió la historia de 2013, cuando tras 77 años hizo que un británico ganara en Londres, y en tres set se impuso en la final de Wimbledon para lograr su tercer torneo de los grandes.
El escocés fue demasiado para el canadiense Milos Raonic, con un quiebre en el primer set se adelantó por 6-4. La segunda manga se mantuvo la paridad hasta que el tie break logró una diferencia.
En el tercer parcial se mantuvo la paridad y nuevamente Murray encontró una rápida ventaja en la definición que lo llevaron a conseguir el set, el partido y el campeonato.
En un All England repleto, que vibró con cada punto del ídolo local, Murray volvió a coronarse en un Grand Slam tras tres años de sequía.
Al momento de la premiación, el británico agradeció el apoyo de la gente, felicitó a su adversario y dedicó unas palabras para el primer ministro David Cameron. "Su trabajo es bastante más difícil que jugar una final", dijo.
Además, Murray comparó este segundo trofeo con el que logro en 2013 y resaltó que el primer título era más un premio para la gente y que éste lo disfrutará de otra manera.
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