De las salas de cine mudo a los estadios de rock: diálogo entre dos épocas y dos medios distintos

La banda de rock alternativo sueca Dungen compuso música para la película de 1926 “Las aventuras del Príncipe Achmed”, joya del cine alemán y primer largometraje de animación de la historia. “La película es el instrumento solista, la melodía y la voz, y nuestra música sólo acompaña”, contó a Infobae el bajista, Mattias Gustavsson

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El primer largometraje animado de la historia estaba cargado de un exotismo oriental, como era entendido por los europeos de principios de siglo XX
El primer largometraje animado de la historia estaba cargado de un exotismo oriental, como era entendido por los europeos de principios de siglo XX

En una mañana de mayo de 1926, en el recientemente estrenado teatro VolksBühne y en la agitada Berlín de entreguerras, Lotte Reiniger esperó en compañía de su equipo el estreno de la obra en la que estaban trabajando desde hacía tres años sin parar.

En el foso frente al escenario Wolfgang Zeller, compositor y conductor, mantenía también expectante a su orquesta, que ejecutaría la música en vivo antes del comienzo de la película.

El cine alemán expresionista se encontraba en su edad de oro y muchos de los directores más legendarios, como F. W. Murnau o Ernst Prebitsch ya incluso habían emigrado a Hollywood, pero la joven Reiniger, de 27 años, tenía preparado un estreno histórico para el pequeño grupo que había asistido: Las Aventuras del Príncipe Achmed, el primer largometraje de animación de la historia, desarrollado enteramente con siluetas y sombras.

Lotte Reiniger estrenó “Las aventuras del Príncipe Achmed” a los 27 años
Lotte Reiniger estrenó “Las aventuras del Príncipe Achmed” a los 27 años

Casi 90 años después, en 2014, la banda de rock alternativo sueca Dungen volvió a meterse en el foso para reemplazar a Zeller y su orquesta y reestrenar la película muda de Reiniger en un nuevo mundo, un nuevo contexto y con una nueva banda de sonido.

"Para nosotros, la película es el instrumento solista, la melodía y la voz, y nuestra música es sólo la banda que acompaña", contó a Infobae Mattias Gustavsson, bajista de Dungen, banda formada en Estocolmo en 1999 por Gustav Ejstes. "No apuntamos realmente a expresarnos personalmente, sino a los personajes y ambientes de la película, que por supuesto afectan la música", agregó.

Con sus 65 minutos de duración a 24 cuadros por segundo, Las aventuras del Príncipe Achmed rompió en 1926 un tabú con respecto a las animaciones, que rara vez alcanzaban más de 10 minutos y estaban destinadas a los niños o viñetas humorísticas.

La presentación del personaje de la reina Peri Banu
La presentación del personaje de la reina Peri Banu

Se adelantó por nueve años al estreno de Blancanieves, primer largometraje animado de la empresa estadounidense Disney.

Pero así como Disney se inspiró en las historias de los hermanos Grimm, Reiniger pudo abrevar en el monumental caudal literario de Las mil y una noches, la recopilación de cuentos tradicionales del mundo árabe que, como otras expresiones exóticas del Medio Oriente, era muy popular en la Europa de las décadas de 1920 y 1930.

Y especialmente tras el descubrimiento de la tumba de Tutankamón en 1922 por el arqueólogo británico Howard Carter, que disparó una fiebre por todo lo que fuera oriental.

De esta manera las siluetas recortadas a mano por Reiniger y fotografiadas 250.000 veces representan historias ahora muy famosas como la de Aladín y la Lámpara Mágica, así como también las del Príncipe Achmed y la reina Peri Banu, todas en un mundo de califas y sultanes imaginado por europeos de principios de siglo XX.

Estas representaciones y estos diálogos interculturales no escaparon a Gustavsson. "Es un poco chauvinista y completamente racista hasta el final. Incluso el personaje principal, Achmed, aunque presentado como un glorioso príncipe, es culpable de robo y secuestro. Las mujeres son compradas y vendidas como un commodity, forzadas a casarse y amenazadas con ser violadas", consideró.

Y por esta razón la banda decidió enfocarse en el personaje de la Bruja e incluso nombraron al disco, editado en noviembre de 2016 por la discográfica independiente Mexican Summer, como Häxan (Bruja, en sueco). "Es el personaje que rompe estas normas y, a la manera de las mujeres en el mundo real, es la que está ahí para ayudar y lidiar con todo cuando los hombres salen a realizar sus pequeñas aventuras. Ella tiene su agenda, sus objetivos, y es lo suficientemente inteligente para alcanzarlos y ayudar a otros al mismo tiempo", explicó.

Dungen: Gustav Ejtes, voz y varios instrumentos: Johan Holmegard, batería; Reine Fiske, guitarra; Mattias Gustavsson, batería (Mexican summer/Ken Andersson)
Dungen: Gustav Ejtes, voz y varios instrumentos: Johan Holmegard, batería; Reine Fiske, guitarra; Mattias Gustavsson, batería (Mexican summer/Ken Andersson)

Más allá de estas consideraciones, la trama de Las Aventuras del Príncipe Achmed está cargada de acción, y de personajes pintorescos y por momentos aterradores.

Comienza con el "mago africano" (der afrikanische Zauberer) que ofrece un caballo volador al Califa de un reino árabe a cambio de su hija Dinarsade. De inmediato, el Príncipe Achmed se resiste y es engañado por el mago y enviado a una tierra lejana.

A continuación Achmed se enfrenta a numerosos peligros, se enamora de Peri Banu, recluta a Aladín y a la Bruja de la Montaña de Fuego en sus aventuras, visita China, antes de finalmente derrotar todos juntos al mago africano y los demonios que ha conjurado.

Pero es la belleza del trabajo manual de Reiniger y sus siluetas, que enfrentadas a una fuente de luz proyectan las sombras que componen los 24 cuadros por segundos de la película sobre diferentes escenarios dibujados a mano, lo que cautivó a las audiencias de 1926 y sigue ahora generando fascinación.

Estudiosa de la figura humana y del movimiento de los animales, Reiniger logró una mezcla inquietante entre la naturalidad de los movimientos y el exotismo y extrañeza inevitables del medio que utilizó para su arte y que seguiría perfeccionando hasta su muerte en 1981.

Como señaló la crítica de cine brasileña Shari Kizirian en ocasión del reestreno de una versión masterizada de la película en 2008,  Reiniger encarna muchos de los ideales de las vanguardias artísticas de su época: una autora autodidacta versada en el arte tradicional y folclórico de las siluetas, que se siente atraída por un medio nuevo (el cine) y que busca romper con las instituciones del arte para experimentar.

Lotte Reiniger cultivó su arte de siluetas durante toda su vida
Lotte Reiniger cultivó su arte de siluetas durante toda su vida

También fue de suma importancia la música original compuesta por Wolfgang Zeller para ser ejecutada en vivo, y que fue luego incorporada en grabaciones a las sucesivas ediciones de la película.

Inspirado en las corrientes neorrománticas de su época, Zeller escribía música compleja, intensa y recargada, y Las Aventuras del Príncipe Achmed fue la primera de muchas películas para las cuales trabajó.

La banda de sonido de Dungen es, inevitablemente, una obra radicalmente distinta. Compuesta para una banda formada por voz y teclados (Gustav Ejstes), guitarra (Reine Fiske), bajo (Mattias Gustavsson) y batería (Johan Holmegard), la música se inspira en el costado más experimental del rock, incluyendo sus variantes progresiva, que remite a los primeros discos de King Crimson, pero también al jazz fusión y la psicodelia.

"La música original de Zeller está bien compuesta y ejecutada. Pero no fue una inspiración para lo que hicimos. De hecho, cuando comenzamos a trabajar lo primero que hicimos fue apagar el sonido y dejar en cambio que nos inspirara el ambiente creado por las animaciones de Reiniger", explicó Gustavsson.

Y Las Aventuras del Príncipe Achmed es, también, una obra radicalmente distinta si se la proyecta con la música de Zeller o de Dungen.

Al respecto, Gustavsson explicó que la idea surgió de un proyecto del Instituto de Cine de Suecia de escribir nueva música para clásicos del cine mudo. "Las aventuras del Príncipe Achmed estaba en una lista de sugerencias y Reine Fiske, guitarrista de Dungen, pensó que la película y nuestra música podrían funcionar bien. Sólo lo entiendes realmente cuando vives la experiencia de verla con nosotros acompañando en vivo", contó.

El “mago africano” intenta comprar a Dinarsade con su caballo volador
El “mago africano” intenta comprar a Dinarsade con su caballo volador

Así como la expresividad de la partitura de Zeller impone en la película una belleza, solemnidad e intensidad que por momentos parecen demasiado para nuestra época marcada por las comunicaciones instantáneas y la posmodernidad, el rock de Dungen aliviana, contrasta y dinamiza al punto de reintroducir el arte de las siluetas en el siglo XXI con una enorme naturalidad.

Cuando los nazis llegaron al poder, Reinigier y su esposo, el animador Carl Koch, abandonaron el país temiendo ser perseguidos por sus vínculos con partidos de izquierda y vivieron en diferentes lugares de Europa, llegando a trabajar con el director francés Jean Renoir en París e incluso a vivir con el genial Luchino Visconti en Roma, pero en 1944 debieron retornar a Berlín para ciudar de la madre de Reiniger, afectada por problemas salud.

En esos años debió filmar películas de propaganda nazi como El ganso de oro, pero tras la guerra acompañó la reconstrucción alemana y la Guerra Fría con sus animaciones, cada vez más pulidas.

A los miembros de Dungen les tocó vivir en otro mundo, en una Europa muy distinta afectada por otros problemas, pero aún así cuna de expresiones artísticas que todavía dialogan con las vanguardias de principios del siglo pasado y mantienen latentes, al menos un poco, sus principios.

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