"Para los griegos de Alejandría la Biblia era un libro filosófico, por eso querían tenerla en su biblioteca", agrega, en charla con Infobae, este especialista en Historia Antigua, profesor en la Universidad de Belgrano y autor de Los escribas de Dios, Moisés: la verdadera historia e Islam, para saber de qué hablamos, que por primera vez participará, por iniciativa de la embajada de Grecia, en la Noche de la Filosofía, que empieza hoy a las 19 en el Centro Cultural Kirchner. La ponencia de Prudencstein está prevista para después de medianoche, exactamente a la 01:00 de la madrugada del domingo.
Más de 50 filósofos y pensadores, argentinos y extranjeros, expondrán sobre diversos temas durante las siete horas que dura el evento. Cada expositor tendrá 30 minutos para su ponencia y luego responderá a las preguntas del público. Además de la filosofía, los expertos presentes pertenecen a otras disciplinas complementarias, como la historia, la antropología, la sociología o la semiología. El programa y los horarios pueden verse cliqueando aquí.
Además de Prudencstein, Grecia estará presente con las ponencias de otros dos pensadores especialistas en filosofía griega clásica: Hugo Bauzá y Pablo Cavallero.
— ¿Es su primera participación en la Noche de la Filosofía?
— Sí, es mi primera vez en la Noche de la Filosofía. Mi presencia en el evento se debe a que me convocó la embajada de Grecia junto a otros dos participantes, Hugo Bauzá y Pablo Cavallero. Realmente le debemos el espacio que nos dieron al embajador y al agregado cultural, que nos seleccionaron entre muchos autores.
LEA MÁS: El sábado a la noche la filosofía será la dueña del CCK
— ¿Qué sentido tienen para usted estos eventos?
— En este tipo de grandes presentaciones diría que existe una finalidad múltiple, con varias facetas para recorrer algo, en este caso la filosofía, que no siempre es accesible al gran público. Por políticas estatales, por cuestiones personales, o por lo que sea, a veces la gente no se acerca a la filosofía. Algo como lo del CCK puede ser la excusa perfecta para asomarse y ver qué pasa.
— ¿Cómo se lleva la filosofía con la divulgación?
— La filosofía moderna, o al menos el filósofo moderno y su mirada, tienen bastante difusión. Hasta programas de televisión existen. Sin embargo, yendo a mi ámbito, que es la Historia Antigua, debo admitir que el cristianismo ha hecho un muy buen trabajo a la hora de difundir muchos de los elementos icónicos de la filosofía surgida en la Grecia Clásica. Toda la cultura occidental está basada en fundamentos sociales y religiosos que se edificaron sobre los principios esgrimidos por Platón y Aristóteles en la antigüedad. La patrística en el tiempo de San Agustín no fue más que una de las maneras teológicas que tomó la filosofía. Por supuesto, la escolástica, con Santo Tomás al frente, se encargó de exponer el fenómeno religioso a la razón de la filosofía. Toda esta familiaridad hace que el cristianismo esté primero en la lista de la divulgación filosófica. Por supuesto, no hay que dejar de lado los estudios de las iglesias protestantes. Tan profundos como los católicos. Lo mismo sucedió con el Islam, que yendo y viniendo por el Mediterráneo, nos dejó autores tan excepcionales como Averroes y Avicena. Es claro que los hombres religiosos, cuando divulgan su saber por amor a ese mismo saber, terminan haciendo filosofía. Es que gran parte de los aspectos del ser filosófico están relacionados con la vida misma. Las creencias, el hombre frente al mundo, el individuo ante Dios o ante su inexistencia. Nos hacemos preguntas. Tratamos de responderlas. De una manera u otra, filosofamos. Eso nos hace un poco filósofos a todos.
— ¿Qué lugar tiene la Biblia en la filosofía?
— Los griegos de Alejandría pensaban que se trataba de un libro filosófico. Un judío llamado Filón, en el siglo II a.C., escribió cierto estudio sobre el Génesis, el Legum Allegoriae, donde aparentemente comparaba el proceso de la creación con la Teogonía de Hesíodo. Además, Teofrasto durante el siglo IV a.C., vio en Moisés a un verdadero filósofo. Es importante destacar esto último porque el tal Teofrasto no era otro que el heredero de las ideas de Aristóteles.
— ¿A qué se llama Biblia de Ptolomeo?
— A la primera traducción griega de las Sagradas Escrituras, conocida también como la de los Setenta, por el número de sabios que trabajaron en su traducción. La historia que suele contarse dice que Ptolomeo II mandó confeccionarla por consejo de Teofrasto y Demetrio de Falero. Quería tenerla en la Biblioteca de Alejandría.
— Más allá del mito de los 70 traductores que producen la misma versión, ¿qué se sabe realmente de cómo fue esa traducción? ¿No es más razonable pensar que se dividieron el texto y tradujo cada uno una parte?
— El cuento de los rabinos iluminados lo escribió un tal Aristeo en forma de "carta" y se utilizó como introducción en todos los ejemplares de la Biblia griega. Probablemente nada sea como aquella tradición expresa. La antigüedad tendía a exagerar las cifras en los textos sagrados, sustituyéndolas por cantidades simbólicas. Incluso se dice que originariamente fueron setenta y dos y finalmente, por razones místicas, el número descendió a setenta. Pero la verdad, seguramente, se encuentra en las necesidades de los judíos alejandrinos a quienes, después de vivir por tantos años en el Egipto Ptolemaico, se les dificultaba la lectura hebrea original.
— ¿Qué extensión tenía esa Biblia respecto a las actuales Tanaj y Biblia cristiana respectivamente? ¿Qué libros del Antiguo Testamento estaban incluidos en esa versión?
— Sólo contenía los libros del Antiguo Testamento. Al menos los que hoy pueden leerse en el Códice Vaticano y algunos de la edición Sinaítica, versiones muy antiguas del corpus original. La incorporación del Nuevo Testamento responde a la época del emperador Constantino. Él mismo encargó cincuenta Biblias anexadas (Antiguo y Nuevo Testamento) a Eusebio de Cesárea en el Siglo IV. La prueba más concreta de que utilizó la Biblia de Ptolomeo como modelo, aparece en las citas más antiguas de los evangelistas. Por ejemplo, cuando parafrasean textos hebreos, los evangelistas difieren notablemente de las versiones escritas en este idioma. Sin embargo coinciden ampliamente con la traducción alejandrina.
— ¿Qué es lo esencial que quisiera transmitir o lograr en quienes lo escuchen esta noche?
— No soy muy pretencioso. Sólo me gustaría contar una buena historia que sucedió en Alejandría después de los días gloriosos de Alejandro Magno, cuando los faraones Ptolemaicos tomaron el poder en Egipto. Pienso que no fue casual que todas estas circunstancias, tan relacionadas con el mundo judío y con el desarrollo de occidente, se dieran a orillas del Nilo.
"La religión es sólo la decoración del escenario de disputas que son geopolíticas y económicas"