Feria del Libro y balance: ¿una burbuja en el mercado editorial?

Luego de semanas de arduo trabajo, la edición número 43 de la Feria llegó a su fin. ¿Qué ocurrió realmente en materia de ventas? ¿Se cumplieron las expectativas? ¿Qué nos dice este evento del panorama general de la industria editorial? En diálogo con Infobae, diferentes protagonistas dieron su opinión

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Llegó la hora de saber qué dejó la Feria (Nicolás Stulberg)
Llegó la hora de saber qué dejó la Feria (Nicolás Stulberg)

¿Cómo se mide la temperatura de un acontecimiento multitudinario? Con un termómetro que, luego de pasar un buen rato bajo unos cuantos brazos, marca un número, un balance, un estimativo. ¿Qué dejó la Feria del Libro en su edición número 43, además de una cifra exorbitante de visitantes: 1,2 millones? Pero antes, ¿cuál es el contexto en el que la Feria se realizó y cuál el estado de la industria del libro que, en la inauguración, hizo que se enfrentaran con duros discursos el ministro de Cultura Pablo Avelluto y el presidente de la Fundación El Libro, Martín Gremmelspacher?

La Cámara Argentina de Publicaciones acaba de publicar la tercera edición de El libro blanco de la industria editorial argentina, un informe de datos estadísticos que, entre gráficos y números diversos, sentencia de forma oficial que "entre 2015 y 2016 se produjo una caída del 15% en la producción, tanto de títulos como de ejemplares totales, y de un 12% en las ventas del mercado privado, de las editoriales comerciales. Si incluimos la caída de las ventas al sector público (en 2016 no hubo compras de literatura infantil para aulas y bibliotecas), tenemos una caída total de ventas de libros del 25% en ejemplares o 24% a valores constantes, por el importante peso que esas ventas públicas significaban (pasaron del 14% al 1% de las ventas totales)". En medio de esta situación, ¿qué rol cumplió la Feria?

Para Oche Califa, director cultural e institucional de la Fundación El Libro, "hay una cosa muy importante: la política para ensanchar los públicos lectores en la Argentina". En términos generales, la concurrencia y organización son destacables, basta con decir que en los ocho pabellones, diez salas y seis espacios semiabiertos hubo casi 1.500 actividades, cuenta Califa, además de "los 2.288 escritores que firmaron libros, eso es mayor al año pasado. Tuvimos un fin de semana muy bueno, el del 1° de Mayo, y el lunes gratuito también funcionó bien. También cuentan los 'tanques' de la literatura, que muchos son argentinos como Eduardo Sacheri y Claudia Piñeiro. Además La noche de la Feria [entrada gratuita a las 21 horas], en el primer fin de semana: eran las doce de la noche y la gente no se quería ir. ¿Sabés hasta qué hora se quedó firmando John Katzenbach? Se fue a las 3:30 de la mañana".

Stand del Grupo Planeta (Nicolás Stulberg)
Stand del Grupo Planeta (Nicolás Stulberg)

"Vemos como positivo que, después de varios años de trabajar con públicos muy diversos para que se sientan convocados, hayan venido. Esto no quiere decir que antes no vinieran, digo que ahora, a través del programa cultural nuestro y de los expositores, hay convocatoria visible y elocuente para ellos", destaca también Oche Califa hablando de los más chicos: "Nosotros crecimos mucho con el público juvenil, con el encuentro nacional de booktubers lo vimos: la sala estaba llena y teníamos que rotar porque había espera, tuvimos más de 1.200 chicos ahí. Además, entrando por el Pabellón Ocre tenemos cuatro clubes deportivos con hermosos stands y con actividades diarias que trajeron un público que tal vez no vendría si no a la Feria".

Uno de los momentos más esperados todos los años es el fin de semana en el que los bibliotecarios de la Conabip, la comisión de bibliotecas populares del país, compran libros con un 50% de descuento, similar al que las editoriales le hacen al Estado en las licitaciones cuando adquieren ejemplares para planes de lectura. Más de mil bibliotecas populares compraron este año en el marco del programa de subsidios Libro%, que según las autoridades fue de 24.925.000 pesos, un 20% más que en 2016. Así lo afirmó Leandro de Sagastizábal, titular de la Conabip, a diferentes medios. La cifra no supera el índice de inflación del último año, sin embargo, hay editores que quedaron profundamente satisfechos por los resultados.

"Fue buenísima la Feria, fue algo totalmente distinto a lo que está pasando en el mercado editorial, comenzó diciéndole a Infobae Ignacio Iraola, director de Grupo Planeta, y continuó: "Nosotros tuvimos 19,19% arriba en ejemplares, sin contar lo que se venda hoy, y más del 50% arriba en facturación, de un año al otro. Habrá que ver la inflación, pero esos son nuestro números. Además tuvimos muchas firmas y presentaciones. Trajimos a Carlos Ruiz Zafón y dio una charla con mil personas adentro y 500 afuera, y también tuvimos la presentación del libro de Dolina que colapsó. Quedaron 300 personas afuera y pusimos una pantalla para que lo pudieran ver y escuchar".

Félix Bruzzone, uno de los autores que pasó por Zona Futuro
Félix Bruzzone, uno de los autores que pasó por Zona Futuro

Además, y ejerciendo una mirada crítica, como le anticipó a este medio semanas atrás, opinó que "la gente que va a la Feria no es un público cien por cien de libros. Algo que se tiene que replantear la industria es qué hacer para que esa gente, que no tiene que ver con la librería, que toma esto como un evento cultural, se transforme en un público habitual. Además la Feria se choca con el BAFICI y con la feria Masticar, que si te ponés a analizarlo, son públicos similares. Hay un error en cómo se arma el cronograma de los grandes eventos de la cultura".

Uno de los lugares más diferentes y novedosos es Zona Futuro, que actúa como un imán que agrupa y proyecta las nuevas tendencias literarias con actividades que tienen que ver no sólo con firma de libros y mesas de debate sino también con bandas en vivo y exposiciones experimentales. "En el stand, el promedio de todas las actividades fue muy bueno en términos de convocatoria; algunos traen menos gente y otros explotan. Lo que rescato es la propuesta de la diversidad: funcionó genial porque hubo actividades muy distintas y de alguna manera se complementan para armar ese todo que es la cultura", cuenta Esteban Castroman, uno de los organizadores del espacio, y agrega: "Este año hubo mucha gente, como lo que viene ocurriendo siempre. Por los comentarios, creo que Zona Futuro ganó su espacio en la Feria. Fue una experiencia agotadora, porque son muchos días, pero está bueno que eso suceda y el balance a nivel percepción dice que fue un año alucinante".

"Nosotros tratamos de buscar coordenadas de lectura y formatos que salgan un poco de la norma para ampliar las fronteras de sentido; trabajar de una manera lúdica para ver cómo transformar las cosas. Poder ofrecerle a los visitantes la idea de sorpresa, de toparse con lo novedoso, entonces se produce algo que es donde gana el gran público. El boom de las editoriales independientes también genera cosas nuevas, es un espacio ganado por toda la cultura independiente que está bueno destacar", comenta Castromán para luego aseverar que "somos un país que tenemos un pulso cultural muy fuerte y movedizo" y que, desde luego, la Feria es una muestra de ello.

Stand de La Coop en la Feria
Stand de La Coop en la Feria

Si es como dice Damián Tabarovsky, que el boom de las editoriales independientes es lo más importante que ocurrió en los últimos 15 años, entonces hay que destacar lo que sucedió con La Coop: un colectivo conformado por 14 editoriales (Alto Pogo, Añosluz, Audisea, Azul, Conejos, China, Clase Turista, Club 5, Espacio Hudson, Evaristo, Mágicas Naranjas, Paisanita, Qué diría Víctor Hugo?, Santos Locos) que, por segundo año consecutivo, forma parte de la Feria. "Pensamos que iba a ser un año complicado de ventas pero, al ser sellos chicos, en términos de exposición, siempre hay ganancias más allá de la venta", cuenta Marcos Almada, editor de Alto Pogo, y agrega: "Hubo buena venta aunque la curva inflacionaria hace que la ganancia no sea mayoritaria. Por supuesto que la Fundación El Libro y la Cámara del Libro le dan espacio a editoriales más grandes que tienen que ver con el mainstream, pero eso ha cambiado hace un par de años. Pero nosotros pagamos como cualquier hijo de cristiano, pagamos igual que Planeta o Penguin Random House. Hay gastos, además del lugar en sí, como el armado del stand y la iluminación. Pero al ser varios sellos, hay una posibilidad real de estar en la Feria".

Para Almada, "hacia el futuro no hay manera de que esto no se siga ampliando. Sabemos que para profesionalizarse hay que ir ganando terreno, y uno de los terrenos es la Feria del Libro", pero aunque "las expectativas eran inciertas porque era posible que vendiéramos menos que el año pasado", asegura que "es muy positivo lo que pasó: no sólo con la venta, también con las relaciones y ciertas alianzas se superaron las expectativas". Las expectativas, entonces, se cumplieron, pero lo cierto es que se sostuvieron en el hecho de que afuera, en el mercado editorial, según señaló la Cámara Argentina de Publicaciones, la caída en producción y en ventas cayó notablemente. Luego de una recesión, al menos sectorial, el optimismo no primaba. Por suerte, en esta burbuja, la de la Feria, el saldo terminó siendo positivo, ya sea en ventas o visibilidad. Lo dicen los editores, lo dicen organizadores, también 1,2 millones de visitantes

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