Un libro cada dos años (y siempre en año impar). Para no perder la costumbre y quizá a tono con el ambiente de superstición que rodea su nueva novela, Claudia Piñeiro presentó en la Feria del Libro Las maldiciones a sala llena y con un público ávido por conocer detalles sobre el reciente libro de la autora de Las viudas de los jueves, Betibú y Una suerte pequeña, entre varios otros. Acompañada por la periodista Miriam Molero y por la escritora Débora Mundani –quienes, según reveló Piñeiro, fueron leyendo el texto a medida que ella lo iba haciendo– el encuentro resultó una buena excusa para aproximarse a la cocina de la escritura de la novela, que se sumerge en el mundo de la política para contar la historia de dos hombres. Uno es Fernando Rovira, un emprendedor inmobiliario que lidera un partido político nuevo de la provincia de Buenos Aires llamado Pragma. Y el otro es Román Sabaté, un joven a quien Rovira contrata como secretario privado.
La presentación, que se extendió a lo largo de una hora y media, arrancó con una atrapante introducción de Molero que ubicó al público en el universo de Las maldiciones. La periodista trazó una suerte de división entre dos tipos muy distintos de hacer política: por un lado, el de la vieja escuela, cerca de las ideologías, los ideales y con cierta intención de cambiar el mundo; por el otro, la nueva política, con expertos en marketing, consignas simples y cierta idea del eficientismo como camino para llegar al poder. Sin adelantar muchos datos de la trama "para no spoilear", señaló que la narración adopta la forma de una "road novel" dado que desde el comienzo los lectores se encontrarán con un Sabaté que por algún motivo debe escapar.
De inmediato Mundani definió a Piñeiro como una escritora "que tiene una antena para captar fenómenos sociales". "Claudia escribe en vivo y en directo. Hay cuestiones del libro que uno podría afirmar que pasaron ayer", agregó. En cuanto tomó la palabra, Piñeiro quiso aclarar que cuando se pone a escribir no piensa en términos abstractos, en este caso, vinculados con las ciencias políticas o la sociología. "Uno se sienta a escribir en términos de la propia escritura", señaló. Luego, con imágenes de políticos que iban acompañando su relato, contó que para este libro entrevistó a los dirigentes Ricardo Alfonsín –quien estaba presente en la sala– y Eduardo Duhalde, a quienes les consultó sobre la llamada "maldición de Alsina", según la cual ningún político que haya sido elegido como gobernador de la provincia de Buenos Aires puede lograr luego ser electo presidente de la república. Según la autora, su intención fue buscar a dos representantes de los partidos más importantes y tradicionales, el Justicialista y el Radical, de quienes incluyó testimonios en la novela como parte de una investigación de la periodista China Sureda, otro de los personajes centrales del libro.
Para reforzar la contraposición entre la vieja y la nueva política, durante la presentación se proyectó un fragmento del discurso que dio el ex presidente Raúl Alfonsín para el cierre de la campaña presidencial de 1983, en el que, ante una multitud que lo escuchaba de pie en la avenida 9 de Julio, recitó el preámbulo de la Constitución Nacional.
Las presentadoras y la autora coincidieron en señalar que, a diferencia de esa época, en la política actual "se ha perdido la capacidad argumentativa" de antaño y que esto no pasa únicamente a nivel local. La escritora citó el ejemplo de algunas declaraciones del presidente estadounidense Donald Trump. "¿En manos de quién estamos? No sabemos. No sabemos si estamos en manos de gente que pasa un examen psicotécnico", señaló ante las risas de los presentes.
Cuando llegó el turno de las preguntas del público, nuevamente volvió el tema de la apelación a términos de marketing en la política. Piñeiro aclaró que ella no es experta en ciencia política pero que se siente subestimada cuando los dirigentes usan términos como "felicidad" o "amor" en sus plataformas. "Yo no quiero que un gobernante me diga si voy a ser feliz. Porque además: ¿qué es ser feliz?", apuntó y los presentes nuevamente rieron.
Al ser consultada sobre si esta novela guarda relación con alguna de sus anteriores, aseguró que en cierto sentido se acerca a Betibú o a Las viudas de los jueves porque todas ellas describen la sociedad en la que viven sus protagonistas y que se trata de un libro con mucho humor. "Algunos me preguntan: ¿es de llorar o es policial?", dijo con ironía, al tiempo que señaló que incluyó detalles históricos sobre la fundación de la ciudad de La Plata y su trazado, entre otros, porque ese entramado la daba curiosidad. "Al que no le gusta lo puede saltear. Si yo escribo el libro que supuestamente el otro quiere leer no tiene gracia", señaló.
Para finalizar, las presentadoras aclararon que, como en todo libro de Claudia Piñeiro, hay una muerte. "¡Hay un cadáver, como no podía ser de otra manera en un libro de Claudia!", apuntó Molero y agregó: "El cadáver está ahí, pero a nadie le importa". "Me gusta poner a los personajes en abismo y el peor abismo es la muerte", concluyó la escritora, que luego salió al encuentro de sus lectores que la esperaban para la tradicional firma de ejemplares.
LEA MÁS:
Vea más notas de la Feria del Libro