Con un cruce de discursos que osciló entre los reclamos económicos de la industria editorial y la dura respuesta del ministro de Cultura Pablo Avelluto, fue inaugurada la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, el evento cultural más importante que se desarrolla en la Ciudad y que espera la visita de un millón de personas desde este jueves hasta su cierre el 15 de mayo. El contrapunto cobró mayor notoriedad que la intervención de la escritora Luisa Valenzuela, quien brindó el discurso inaugural de la Feria.
"Conmigo no, Martín", pronunció el ministro Avelluto en un momento de inusual tensión para inauguraciones de esta naturaleza, que suelen ser más bien diplomáticas y de protocolo. Martín Gremmelspacher, presidente de la Fundación El Libro -integrada por las distintas cámaras editoriales, de librerías y de la industria gráfica, entre otros sectores relacionados- había comenzado disparando munición gruesa cuando, luego de detallar la actividad de la Fundación, había señalado la crítica situación de la industria editorial que, según indicó, dejó de imprimir veinte millones de libros durante el último año. Luego advirtió: "Estamos muy preocupados por la posibilidad de que se aplique una reforma impositiva que recupere el IVA para el libro y que el gravamen alcance el 19 por ciento, eso significaría el tiro de gracia para el libro argentino".
A su turno, Avelluto contestó. El ministro recordó que participó de la industria editorial durante veinte años antes de comenzar su mandato oficial al frente de la cartera de Cultura. "Ha sido un año difícil, pero a la vez atravesado por la esperanza luego de la gestión irresponsable que había dejado el gobierno anterior -dijo Avelluto-. Hemos dejado las bases para el crecimiento de la economía que a partir de este año podremos percibir claramente. A través de los años he sido testigo de las crisis económicas, de las inflaciones e hiperinflaciones y pude ver cómo la creatividad de quienes componen la industria editorial logró que atravesaran todas esas situaciones. Voy a citar a mi amiga Beatriz Sarlo: 'Conmigo no, Martín'. No hay ningún tiro de gracia".
Luego el ministro realizó una larga enumeración de datos que darían cuenta de cómo el Estado intervino para ayudar a la industria mediante diversos programas y compra de libros de texto (Avelluto levantó la voz para recordar que en un depósito del ministerio de Educación encontraron un millón 800 mil libros sin distribuir al asumir el gobierno), la mantención de los proyectos de fondos para la traducción de autores argentinos a lenguas extranjeras y el crecimiento de las actividades de la Biblioteca Nacional.
"Más gente ha visitado la Biblioteca Nacional durante 2016 que durante 2014 y 2015, cuando la Biblioteca era la sede de una corriente interna del partido que gobernaba", dijo. También se refirió a la situación del INCAA (Instituto Nacional del Cine y Artes Audiovisuales) luego de que la remoción de su presidente provocara protestas de realizadores cinematográficos y dijo que "lejos de reducir el fomento del cine la intención de este gobierno es verificar que ese fomento llegue para que se produzca cine, a diferencia de la gestión anterior cuando esos fomentos llegaban vaya a saberse dónde". Luego de felicitar a sus colaboradores en el ministerio de Cultura, dio paso a la intervención de Valenzuela en medio de un clima enrarecido.
La escritora Luisa Valenzuela comenzó recordando el rol de las mujeres escritoras en la literatura argentina e hizo votos por que se recupere la memoria literaria de Elvira Orpheé y María Granata. Se expresó contra los tiempos de la "posverdad" en el que profusos discursos engañosos circulaban con un rol tranquilizador. Valenzuela hizo votos para "recuperar el rol de los intelectuales, quienes son capaces de plantear preguntas ante las certidumbres de los poderosos". Se refirió a las cualidades de la literatura, que permite plantear tres atributos: libertad, empatía y educación. Antes de dar por inaugurada la Feria del Libro, Valenzuela recordó que exactamente hoy hace cuarenta años las Madres de Plaza de Mayo realizaban su primera ronda en reclamo de la aparición de sus hijos, y les rindió homenaje.
También habían realizado discursos Ángel Mahler, ministro de Cultura porteño, y John Szabo, director de la Biblioteca Pública de Los Ángeles, ciudad norteamericana invitada especial a la Feria en esta 43ª edición. Los cinco juntos se ubicaron detrás de unas cintas celestes y blancas entrelazadas y al deshacerlas dio comienzo oficial del evento más importante del libro de Latinoamérica. Una discusión política intensa había transcurrido también, tan solo unos minutos antes, entre reclamos de los hacedores de los libros y respuestas del gobierno.