Tomás Saraceno: el universo entre telarañas

El artista tucumano residente en Berlín presenta en el Museo de Arte Moderno su muestra “Cómo atrapar el universo en una telaraña”. En diálogo con Infobae, explicó algunos de sus conceptos y aseguró que “lanzarse a lo inesperado es lo que el arte hace”

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Tomás Saraceno es del mundo. Nació en San Miguel de Tucumán, vive en Berlín y transitó por una infinidad de ciudades y países, sin embargo es del mundo. Las barreras geográficas son demasiado diminutas, demasiado irrelevantes, demasiado anecdóticas como para que lo determinen. Le gusta decir que vive "en el planeta Tierra como vivimos todos, y tenemos que tomar una conciencia planetaria". ¿Qué significa ampliar los horizontes geopolíticos hacia una perspectiva espacial? La respuesta está en eso que dijo Nicolás Copérnico en el siglo XVI, cuando formuló la teoría heliocéntrica del sistema solar: el ser humano no está en el centro de la escena.

En esa línea también está la obra de Saraceno, que actualmente presenta en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (MAMBA) bajo el título Cómo atrapar el universo en una teleraña y que intenta dar en el blanco de la infinitud espacial en que se inmiscuye nuestra brevísima existencia.

Son dos instalaciones. En la primera, situada en el segundo piso, un centenar de telarañas (sin arañas) se disponen sobre cordones con reflectores que las iluminan en un claroscuro monocromático. En la segunda, subsuelo, un haz de luz visibiliza el polvo cósmico flotante en la sala, lo proyecta sobre la oscuridad y, mediante micrófonos, los hace sonoros en varios parlantes; a su lado, una araña teje su propia tela y a cada movimiento que realiza repercute en el sonido y en la imagen del polvo; los espectadores que caminen a su alrededor forman parte del ensamble rítmico.

"Me interesa la posibilidad de establecer un diálogo inaudito y experimental que el arte puede ofrecer a partir de poder exponer otras sensibilidades", le dice Saraceno a Infobae, sentado en los pasillos del MAMBA, alejado del ruido de la muchedumbre que recorre las instalaciones durante una pre inauguración de la muestra. "Está bueno pensar cómo las arañas han logrado convencernos a nosotros para ocupar el centro de la escena dentro de nuestra arquitectura. Están hace 140 millones de años, es una de las memorias que tenemos impresas en las piedras de ámbar", agrega.

Su propósito con esta muestra, cuenta, es "darle vida y presencia a cosas que no respetamos y no vemos, porque es fundamental poder expandir la presencia de los demás y la coexistencia". ¿Cómo llevar a cabo estos conceptos? ¿Cómo lograr que los ideales de armonía entre especies puedan efectuarse? La respuesta, dice Saraceno, está en "lanzarse a lo inesperado, eso es lo que el arte hace; lanzarse hacia territorios que no sabés sin van a ser exitosos y, en este caso, llevarnos a una dimensión aracnocrónica, por decirlo así".

Durante seis meses, las arañas tejieron y tejieron, como los obreros que construyeron la Torre de Babel siguiendo las instrucciones secretas de su dios. 40 mil grillos fueron sacrificados en el proceso. El resultado es un fragmento de belleza natural porque las formas que estas telas generan nos hablan de una armonía artística más allá de lo humano, como si la sensibilidad existiera antes de que la humanidad llegara a la Tierra. ¿Puede la naturaleza construir arte por sí misma?

Antes de comenzar el recorrido, antes de develar lo que él celebra, con un entusiasmo inusitado, "¡la muestra más riesgosa de todas la hice en Argentina después de 16 años!", hablará en la presentación junto a Victoria Noorthoorn, directora del museo, y Ángel Mahler, ministro de Cultura de la Ciudad, sobre su mensaje: "confiar en otras especies, y confiar en que podamos coexistir". Luego, frente a las instalaciones, uno no puede más que preguntarse sobre el estatuto del arte y los sinuosos cambios que, época tras época, lo reconstruyen.

*La muestra "Como atrapar el universo en una telaraña" se inaugura mañana viernes 7, a las 19 en el Museo de arte Moderno,  Av. San Juan 350. Horario: martes a viernes de 11 a 19. Sábados, domingos y feriados: 11 a 20. Lunes cerrado (excepto feriados). Entrada general: $20. Martes gratis.

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