Los Macri y los reyes recorrieron la feria ARCO y nadie quiso perderse la foto  

El presidente y su esposa inauguraron oficialmente la muestra de arte y recorrieron varios de sus stands

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(Getty Images)
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 Madrid. Enviada especial. Los fotógrafos ametrallaron con sus cámaras y esa fue la verdadera señal del comienzo de la inauguración más esperada en ARCO: la presencia de los reyes de España y del presidente Mauricio Macri y su mujer, Juliana Awada, en el predio de Ifema, donde hasta el domingo se desarrolla una de las más grandes ferias de arte contemporáneo en la que este año Argentina es país invitado de honor. La seguridad no daba abasto: además de los fotógrafos profesionales, multitudes de celulares buscaban atesorar alguno de los momentos del paseo de las dos parejas por los pabellones 7 y 9 de la feria. Sin perder la sonrisa en ningún momento, la esposa del presidente capturaba toda la atención, algo que está sucediendo en las calles y en los medios desde que la pareja presidencial aterrizó en esta capital.

(Getty Images)
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Durante el recorrido –cuyas directrices fueron acordadas entre el Ministerio de Cultura argentino y las autoridades de ARCO- los reyes y el presidente y su esposa se detuvieron con atención en varios de los stands que componen la selección argentina realizada especialmente por la curadora Inés Katztenstein –quien los acompañó en ese tramo del paseo- pero también hubo momentos espontáneos, como cuando pararon en la galería Rolf para ver durante un momento la obra de la artista argentina Liliana Maresca (1951-1994). Macri se sorprendió sobre todo con el montaje gráfico en el cual Maresca, desnuda, está tendida sobre fotos de diarios que muestran fotos de Videla y Menem. Su esposa conoció la obra de Maresca hace muy poco y le había hablado de ella.

Otro de los momentos en los que pararon unos minutos fue cuando pasaron por el stand que exhibe obra de Nicolás García Uriburu, muerto recientemente. Cuentan quienes estaban cerca que hubo comentarios elogiosos en el stand de Ignacio Liprandi, donde la reina Letizia dijo que le gustaba una obra de Cecilia Szalkowich: un biombo plegable de hierro en el que se lee la palabra "Detournement", un término surgido al calor del movimiento situacionista. Durante su paso por la sección infantil de ARCO (una parada estratégica que había sido pensada porque originalmente Antonia, la pequeña hija de Macri, iba a estar presente, aunque finalmente no sucedió), los chicos mostraron experimentos a los ilustres visitantes y el rey Felipe, desde su altura descomunal, firmaba sin parar autógrafos en las hojas blancas que se sucedían ante la sorpresa de los niños.

Junto con Macri, su esposa y los reyes iba el ministro de cultura Pablo Avelluto, el diputado Pablo Tonelli, el responsable de Cultura de la Cancillería, Mauricio Wainrot, funcionarios, empresarios, sindicalistas como el Momo Venegas y Dante Caamaño, gente del mundo del arte, políticos españoles como Ana Pastor, presidenta del Congreso español y Manuela Carmena, alcaldesa de Madrid, quien ayer le entregó la llave de la ciudad a Macri y que en medio de los apretujones propios de una recorrida de este tipo, le dijo con una sonrisa a Infobae: "Ahora con esa llave tu presidente puede abrir la puerta de esta ciudad cuando quiera". No dejaba de ser curioso que cerca de ella estuviera la vocera del Ayuntamiento, Rita Maestre, ex novia del político de Podemos, Iñigo Errejón, quien tuvo durísimas palabras contra Macri durante esta visita. Mestre es ella misma miembro del partido que repudió la presencia del presidente argentino y lo llamó "presidente off shore".

EFE
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Sobre el final de la visita a ARCO, en el stand institucional de Argentina que, en honor a la verdad, hoy se veía menos desprolijo y mejor montado que en el día de ayer, llegó la hora de la foto real-presidencial y nadie se la quiso perder. Protocolo de la realeza otorgaba como pase un sticker en forma de estrella azul. Solo quienes portaran una de esas estrellas estaban habilitados a sonreír junto a los reyes y junto al presidente y su esposa. Un conocidísimo empresario ligado al mundo del arte se había quedado sin insignia pero se las ingenió para no ver frustrado su deseo: así fue que en medio del tumulto consiguió manotear la ansiada estrella de una solapa ajena – la de un español de la comitiva de Felipe- y se dio el gran gusto.

 
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