Madrid. Enviada especial. Esta semana Madrid explota de argentinidad. La gran excusa, el gran argumento, es la presencia de artistas, galeristas y expertos argentinos en ARCO, la famosa feria de arte, a la que se suma la primera visita de estado del presidente Mauricio Macri a este país, invitado por el presidente de gobierno español Mariano Rajoy. Y Macri llega no sólo acompañado por una gran comitiva de ministros sino por un especial y voluminoso elenco de empresarios. Se trata de un viaje pleno de expectativas. Cultura y empresarios no parece un cóctel habitual en la Argentina, sin embargo éste se da en Madrid y la ilusión en el mundo del arte es grande. ¿Será ésta, finalmente, la gran ocasión para que los empresarios argentinos comprendan que invertir en cultura es una gran oportunidad para ellos pero también para el país?
La tarde se despereza en una terraza madrileña y una parte de la delegación argentina aguarda con nervios pero con confianza el comienzo oficial de la muestra, que será mañana. Por supuesto, también esperan con grandes expectativas la presencia del presidente y del grupo de empresarios que lo acompañará el jueves en el predio Ifema, donde también estarán los reyes de España. El envío argentino, en rigor, trasciende las fronteras de Ifema: todo Madrid está "tomado" por artistas plásticos, músicos, actores, cineastas, escritores y gente vinculada a distintas disciplinas artísticas. Son unos 150 los artistas que podrán mostrar su sello en la capital española durante estos días en la llamada Plataforma Arco Argentina, un proyecto diseñado para esta ocasión en la que el país fue nombrado invitado de honor de la edición 37ª de esta clásica feria de artes visuales.
Sonia Becce es la experta que el Ministerio de Cultura designó para montar el proyecto de artes paralelo a la muestra oficial de ARCO, que estuvo en las manos de Inés Katzenstein. Becce –curadora independiente que trabaja para diferentes organizaciones- está satisfecha con la tarea y ya está viendo los frutos de su trabajo: las muestras de artes visuales que estuvieron a su cargo ya están en acción en distintos puntos de arte neurálgicos de Madrid y la afluencia de público es muy buena. "Lo que más me gustaría es saber que una vez que yo me vaya de aquí, todo quede funcionando. Que las muestras sigan y que aquellos que participan como espectadores se apropien de las obras: a mí esto ya no me pertenece", dice Becce.
"Para nuestros artistas es muy importante tener visibilidad en una institución española, porque ésta es la manera de que directores de museos, curadores y otros miembros de la comunidad artística los vean, los conozcan. Esa fue la idea. Y también amplificar este dispositivo de artes visuales y extenderlo hacia otras disciplinas porque era la manera de enfatizar una de las características del arte argentino contemporáneo, que abreva en la arquitectura, el cine, el teatro, la literatura; el arte argentino no dialoga con otras disciplinas, se apropia de ellas", explica Becce a Infobae. Para la experta, si bien es una enorme alegría poder trabajar por el arte argentino, este proyecto no carga con ninguna impronta localista. Lo explica así: "Intentamos trasladar al arte lo que Borges señala en 'El escritor argentino y la tradición'. En este despliegue buscamos huir de lo local y pensar más en la universalidad. Todo esto va más allá de portar una bandera y tener que dar cuenta de un contexto, no es un peso con el que cargamos ni los artistas ni nosotros".
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Mariana Ferrari nació en Tucumán en 1975 y vive desde los 25 años en Buenos Aires. Nunca expuso aquí y su obra está presente en Casa de América, en uno de los 8 módulos repartidos por la ciudad en los que Sonia Becce junto con el curador Mariano Mayer diseñaron el proyecto "En el ejercicio de las cosas", una muestra que en su atomización construye sentido a través de las obras de varios artistas. Lo que se presenta en Casa de América lleva por subtítulo "Las decisiones del tacto", y no parece casual que la obra de Ferrari esté allí. Se trata de una pintura montada sobre la pared, pero que va más allá porque la obra de Ferrari siempre se expande más allá del soporte, esto es, que Ferrari pinta más allá de los límites del cuadro, por lo que su presencia era indispensable para el montaje. Mariana empezó a pintar muy joven, en su casa había un estímulo familiar ya que su madre y su abuela siempre pintaron en forma amateur. Sus expectativas para este evento son grupales. "Me gustaría que esto que está ocurriendo exceda este momento y lo particular, para que se pueda transformar esta experiencia individual en algo colectivo", dice, mientras se sirve un té.
Una de las preguntas que siempre surge en relación a los consumos culturales es cómo hacer que el público no especializado se acerque al arte, en especial al arte contemporáneo, que muchas veces parece inabordable para el público masivo. Dice Becce: "Yo creo que no hay que desdeñar a ningún público; cuanto más expandamos esa base, más interesante es y cuanto más legibles nos hagamos –y no hablo de los artistas, ellos tienen que hacer su obra- hablo de los mediadores, mucho mejor. Nosotros tenemos que tener a mano todas las herramientas posibles, sobre todo los textos, para que nos entiendan y de ese modo poder hacer llegar los artistas al público".
Claro que no todo el trabajo debe ponerlo el mundo del arte, para este encuentro se necesitan dos. "Tenés que tener suficiente curiosidad para trasponer las puertas de un museo o una galería. Te aseguro que hoy los museos en la Argentina están preparados para recibir a la gente, acogerlos y hacerlos sentir a gusto. También las galerías: no es que te van a vender algo a los dos minutos de que estés ahí. Pero tiene que haber curiosidad", explica la curadora, que asegura que a la hora de armar la selección de artistas y muestras no recibió presiones ni por parte de las autoridades que la contrataron ("Debo decir que yo no esperaba tanta apertura") ni por parte del mundo del arte. Becce, además, tuvo la experiencia de compartir con Mariano Meyer la selección de los creadores que integran la delegación de la muestra paralela "En el ejercicio de las cosas", algo que en sí mismo fue una situación valiosa, dice. "Con Mariano somos personas que no coincidimos en nuestra visión del arte contemporáneo y habernos confrontado mutuamente y haber logrado el listado final, fue una experiencia hermosa", sonríe.
Nicolás Robbio es un artista de Mar del Plata que vivió muchos años en San Pablo. Desde hace dos años alterna sus días entre Brasil y Argentina. Su obra, enmarcada claramente en la vanguardia, se presenta en La Casa Encendida, un centro cultural y social madrileño en el que se desarrollan al año 1.200 actividades. En esta ocasión, al pedido de los curadores de la muestra paralela en Casa Encendida respondieron no solo otorgando espacio sino ofreciendo curaduría, algo que para Becce es sustancial. La muestra de Robbio fue curada por Tania Pardo, especialista de mucha experiencia, quien asegura que la muestra de un artista como Robbio ("un lujo", dice) podría haber tenido lugar en su espacio por el interés que esa obra despierta. "Es mucho más interesante que la curaduría la haga alguien local; conoce los intereses artísticos de la institución y también a su público, eso enriquece esta experiencia. Eludo abiertamente la palabra "desembarco", me gusta mucho más hablar de una experiencia con el arte argentino. Es experiencia en el sentido de que supone aciertos y también errores", dice Becce.
Cuando se le consulta cómo está viviendo esta oportunidad de integrar la delegación de artistas argentinos Robbio responde con naturalidad: "¡Lo vivo super! Además de arte, hemos producido pensamiento, no solo una exposición. Y ese intercambio fue una de las cosas más enriquecedoras de este proyecto. En cuanto a la representación, tengo la particularidad de haber vivido fuera de Argentina; si bien tengo muchas relaciones con los artistas argentinos, ser una de las personas tomadas en cuenta para este proyecto, ser tomado en cuenta por tu propia gente, está super y me pone muy feliz. De todas las exposiciones que suceden en el mundo, uno como artista participa de un 10%. A veces sos vos y la mayoría de las veces, no", dice.
Sobre el final de la charla, el tema gira sobre la figura de los empresarios argentinos, algo reacios a invertir en arte. Casi díscolos, podría decirse. Julia Converti es la gerente general de la fundación ArteBA, que organiza la prestigiosa feria de arte anual argentina. "La Feria de ArteBA la vivimos como un punto de encuentro; una excusa para que los que vienen puedan conocer el sistema y la escena local del arte", explica. Para Nicolás Robbio, el tema es muy simple: mientras los empresarios no vean la posibilidad de ganar algo en relación a la inversión en arte, no será posible ese aporte, al menos a gran escala. "Por eso los gobiernos tienen que repensar posibilidades para que los empresarios aporten a la cultura y sea negocio para todos. Debe ser una iniciativa del gobierno", dice Robbio. Y algunos en la mesa mencionan la Ley de Mecenazgo, que aunque ya está funcionando en la Ciudad de Buenos Aires, aún no fue aprobada a nivel nacional. Tania Pardo cuenta brevemente cómo este tema explotó aquí en España en los 90: "es que descubrieron que el arte servía para posicionamiento social", explica.
Becce cuenta que ya son varias las empresas que acudieron a curadores para ser asesorados en sus compras corporativas de arte. Por su propia experiencia, es Converti quien más claro tiene el tema. "El presidente viene una comitiva de empresarios, esto es, en estos días la cultura va a convivir con los empresarios y eso puede servir. Por nuestra experiencia, sabemos que ya hay empresas que apoyan el arte, cada vez más, cuesta pero sucede. En otros países hay más ejercicio porque las leyes son diferentes. Claramente el Estado necesita más apoyo de los privados y este tipo de situaciones nos permite ver la importancia de la cultura y el arte, donde somos muy fuertes y competitivos: esto es mucha visibilidad para Argentina", dice Converti.