Con el lema "¿Pensaste en regalarles un libro?", la Fundación el Libro, entidad organizadora de los eventos literarios más importantes de nuestro país, ha lanzado una campaña, durante esta fecha, para incentivar la lectura. La idea de la Fundación es festejar este Día del niño rodeados de libros.
La literatura infantil y juvenil (LIJ) sigue creciendo, para placer de padres, docentes e hijos y para beneficio de las editoriales. Este fenómeno trae como (maravillosa) consecuencia que el caudal de la producción sea más que interesante y que ahora no se edite con más fuerza exclusivamente para las ferias, sino también para otras fechas en las que el ojo del consumidor de libros está puesto en las librerías.
A la guía que oficia de brújula, Infobae le sumó, además, las actividades que la Biblioteca Nacional preparó para esta ocasión.
Noel Gris, de Aaron Blabey, traducido por Manuel Rud (Limonero, junio de 2016) es un libro que de un modo original habla de la capacidad de un chico, Noel, que aún yendo contra sí mismo, logra adaptarse a lo que le toca en suerte. Polémico en la historia y las imágenes, es un libro que no pasa inadvertido y que vale la pena leer y disfrutar. ¡Recomendadísimo!
Cuando todo pasa volando es un clásico de la dupla artística y pareja que constituían Beatriz Doumerc y Ayax Barnes (Colihue, 2016) y habla, sin nombrarla, pero con sencillez, de la libertad. A partir de algo que le sucede a don José, un día y de golpe, comienza a ver el mundo desde otro lugar. Un imprescindible.
Feliz, de Mies van Hout (Fondo de cultura económica, 2016) es bello por definición y un lujo como objeto. Narra desde la simpleza sensaciones y estados de ánimo. Disfrutable desde la tapa misma, los chicos más chicos (y los grandes sensibles, también) lo van a adorar.
Trompa con trompita, de Jorge Luján e ilustrado por Mandana Sadat (Capital Intelectual, 2016), es un poemario que expele belleza y ternura desde cada página. Las ilustraciones son protagonistas, a la par que las palabras que nombran los juegos cariñosos entre madre e hijo. Un libro que puede ser arrullo y nana para los más chicos cada noche.
Ciencia que baila: Saltos, piruetas y física para el bailarín científico, de Jimena Olmos Asar y Esteban Franceschini (Siglo XXI, 2016). Estrictamente no es un libro de lij, pero tampoco es solemne y etiquetado para adultos, por lo cual, aquí lo recomiendo. De manera entretenida, con gráficos y todo, los autores, químicos cordobeses, explican principios de la física a través de la danza, o viceversa. Una propuesta más que interesante para los amantes de la ciencia, la danza ¡o ambas!
Y si de libros informativos hablamos, la editorial iamiqué es especialista en esa cuestión. De la colección Destinos insólitos, este año editaron Guía turística de la Tierra extrema, de Mariano Ribas e ilustrado por Javier Basile (iamiqué, 2016). En este volumen, se "regalan" veinticinco destinos para descubrir de nuestro planeta. Con ubicaciones precisas, hitos interesantes y descripciones detalladas y divertidas, siembra la semilla del recorrer, del viajar y del buscar, tal vez, nuestro lugar extremo.
El loro estudioso, de Liliana Cinetto y con ilustraciones de Rocío Alejandro (Sigmar, 2016), revaloriza para los más chiquitos el tema del estudio, del compartir y del reconocimiento que se logra al hacer las cosas con empeño y amor. Divertidas ilustraciones y un mensaje positivo.
Pablo Bernasconi no necesita presentación, tampoco su producción, pero este libro se corre un poco de lo que estamos acostumbrados a encontrar en su obra. Mentiras y moretones (Sudamericana, 2016) está constituido por relatos que tratan, de una manera u otra, acerca de las caídas. Las ilustraciones sí tienen esa impronta tan personal que caracteriza a este autor.
Julián y el caballo de piedra, de Félix Bruzzone con ilustraciones de Germán Wendel (Adriana Hidalgo [pípala], 2016), es una nueva aventura de Julián y su espejo. La melancolía que guarda Julián es evidenciada y acompañada por las imágenes. La soledad, lo onírico y la búsqueda con ansiedad se transmiten a medida que avanza la historia. Vale la pena hacer el viaje…
Había una vez… cuentos de los hermanos Grimm (de Jacob y Wilhelm Grimm e ilustrado por Rofusz Kinga, fue editado por unaLuna este año) es un libro de cuentos de todos los tiempos, de esos para tener en la mesita de luz y elegir uno cada noche para llamar al sueño. Las ilustraciones, una joya.
Los ojos del perro siberiano, novela multipremiada y que este año cumple la mayoría de edad, de Antonio Santa Ana (Norma, edición de 2016), es una historia dolorosa, vigente, que habla de muchas cosas (la fraternidad, las enfermedades, la discriminación, los prejuicios) que atraviesan a chicos de todas las edades, pero que en la adolescencia se acentúan más. Un clásico que en la edición de 2016 tiene un arte impactante desde la tapa hasta su última página. Otro imprescindible.
El ladrón de sombras, de Verónica Cantero Burroni y con ilustraciones de Juan Chavetta (Quipu, 2016), tiene un doble plus: fue distinguido con el premio Elsa Morante, de Italia, y su autora tiene 14 años. Esto último permite una empatía genuina de los chicos con la historia, porque habla en su propio idioma. Esta novela corta tiene misterio, mensaje social, amistad, situaciones con las que los lectores van a identificarse desde el momento cero.
Celebrar entre libros
Como además, los chicos necesitan respirar libros, convivir con ellos, la Biblioteca Nacional organizó un festejo con diversas actividades al aire libre.
El sábado 20, de 12 a 17, en el sector la Plaza del Lector, habrá juegos, atracciones, picnic de lectura, teatro y estatuas vivientes, se cerrará con una suelta de globos con frases al cielo. Y quien lo desee podrá participar de una "suelta de libros", cuyos ejemplares serán enviados a niños de diferentes puntos del país.
Entre las actividades de las que se podrán disfrutar, cabe mencionar:
Tortuga Quelonios: la tortuga, con su valija viajera, compartirá las historias que lleva en su caparazón a partir de la narración de cuentos.
Habrá teatro leído. Se representarán obras cortas y se invitará al público a participar de ellas.
Los chicos podrán pintar carteles con frases para decorar la Plaza.
También, se construirán susurradores con tubos y materiales de desecho, para suspirar, soplar y compartir palabras y poesías.
La entrada es libre y gratuita.