Hablan los descendientes de los congresales de Tucumán

“Es cierto lo que decía Avellaneda, que ese Congreso fue ‘patriota y religioso’, porque quiso cimentar el país sobre roca y no sobre arena”, dijo uno de ellos en referencia al gran número de sacerdotes diputados

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Para dejar a salvo el buen nombre y honor de sus antepasados, bromearon aclarando que son descendientes colaterales de aquellos congresales, en su mayoría, sacerdotes y religiosos. Colombres Mármol, Sánchez de Loria, Padilla y Medrano fueron los cuatro invitados a evocar a sus ilustres parientes. A continuación, fragmentos de sus intervenciones.

Jorge Colombres Mármol es abogado, miembro del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI) y ha sido docente en la UBA, y en las universidades de Belgrano, Católica Argentina y del Salvador.

Aunque emparentado con el congresal Colombres, le cedió a Norberto Padilla el honor de hablar de éste, mientras él se ocupaba de evocar la genealogía y la trayectoria de otro: José Ignacio Thames.

"El padre Thames, poco conocido, salvo porque es la intersección con Panamericana allá por San Isidro, y con Santa Fe en Plaza Italia, pero mucho más allá de eso después del padre no se recuerda demasiado por lo menos en Buenos Aires.

La familia Thames, apellido escrito indistintamente con o sin H, y a veces con acento en la E, Thamés, es originario [del] principado de Asturias. Allí nació don Jerónimo de Thames, escribano de Yánez quien casó con Felipa González. De esta unión nació don Ignacio de Thames. Recuerden estos nombres porque de ellos van a salir dos firmantes [Colombres y Thames] del Acta de la Independencia. (…)

José Ignacio nació en San Miguel de Tucumán el 27 de noviembre de 1761 (…). Cursó estudios en Córdoba en la Universidad de San Carlos, primero de filosofía y teología y se doctoró en 1784 en cánones. (Esta formación) explica que, de los 33 congresales, si no me equivoco 19, corríjanme si me equivoco, fueron sacerdotes. ¿Por qué? Por la formación: todos se doctoraban en cánones o su gran mayoría y estudiaban filosofía y teología. Era gente de gran formación.

Sacerdote de alta ilustración y gran celo apostólico, Thames desempeñó sin desmayo su ministerio de caridad y abnegación por espacio de 15 años. Luego fue elevado a canónigo de la catedral de Salta. En febrero de 1816 fue ratificada su elección como diputado del histórico Congreso en representación de su provincia natal junto con el doctor Pedro Miguel Araóz, también sacerdote. El 9 de julio de 1816 suscribió el Acta de la independencia. Y el 1° de agosto siguiente fue electo presidente de turno del Congreso.

Participó de los debates sobre la futura forma de gobierno, mostrándose partidario de la forma monárquica de gobierno.  Él se mostraba partidario de la coronación del inca porque, "haciendo mérito del principio de derecho que prescribe la restitución al poseedor y dueño de lo que se le despojó por violencia", deducía lo que a los incas debía hacérseles de la dominación que se les usurpó por los soberanos de España. (…)

Trasladado el Congreso a Buenos Aires, el doctor Thames continuó perteneciendo a él, siendo electo vicepresidente del mismo en abril de 1818. A fines de ese año presentó su renuncia (y) volvió a ocupar su puesto de canónigo en la catedral de Salta pero con gran inclinación por la actividad política secundó en su gestión de gobierno a don Bernabé Araóz. Y en 1821 ocupó una banca en la Legislatura tucumana.

Murió en Tucumán el 8 ó 9 de febrero de 1832. Esa es la breve relación para saber un poco más de este congresal por Tucumán a veces olvidado.

Juan Manuel Medrano, abogado y actualmente relator en la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo Federal, aficionado a la historia y a la genealogía, se refirió al congresal Pedro Medrano.

"A mí me toca hablar, obviamente, del congresal Medrano Pedro Medrano. Yo desciendo de la familia de este congresal. Nació circunstancialmente en la isla Gorriti, enfrente a la actual Punta del Este, en ocasión en que su padre había sido desterrado por el gobernador de Buenos Aires Bucareli en el año 1769. (…)

Me parece muy interesante que los congresales de Tucumán y muchos de nuestros próceres generalmente o bien eran hijos de españoles y de criollas o criollos. Pero muchos de ellos, sobre todo los congresales, da la casualidad de que sus padres eran españoles y sus madres criollas. En el caso de Medrano su madre, Victoriana Cabrera Saavedra, era prima hermana y cuñada de Cornelio Saavedra, de ahí que la familia Medrano era muy cercana a los Saavedra, por eso fueron saavedristas también posteriormente.

Medrano vivió después toda su vida en Buenos Aires, si bien nació en la isla Gorriti inmediatamente se aclaró el tema del destierro, fue exonerado y volvió a Buenos Aires donde bueno, prosiguió su vida el padre de don Pedro. Tenían una casa en la actual calle Belgrano (…)

Bueno, Pedro Medrano estudió en Buenos Aires sus primeros estudios pero posteriormente estudia en el colegio Monserrat de Córdoba y hace sus estudios superiores, de Leyes, en la Universidad de Charcas, donde se convierte en doctor en leyes. Y ejerce posteriormente en Buenos Aires como abogado. Llegan los sucesos de 1810 y si bien don Pedro Medrano no interviene en el Cabildo abierto se pliega a la causa revolucionaria y es muy afín al partido saavedrista. Incluso es nombrado auditor de guerra y conjuez de la audiencia de Buenos Aires.

Pero por lo que es importante realmente mi pariente es por su actuación en el Congreso de Tucumán. El primer turno de la presidencia le correspondió al doctor Medrano por eso le tocó dar el discurso inaugural y tomar juramente a los otros congresales. Uno de sus primeros actos fue un acto de misericordia ya que condonó la pena a unos reos condenados a muerte por desertores. Es interesante que uno de los primeros actos del Congreso de Tucumán haya sido perdonar una condena a muerte.

Medrano era diputado por Buenos Aires, junto con Anchorena, Sáenz, Paso, y otros. Fue él quien agregó que nos declarábamos independientes "de toda otra dominación extranjera" (además de la metrópoli).

Quizás no se pronunció sobre la forma de gobierno pero sí estuvo muy preocupado por cuestiones como por ejemplo del sostenimiento del ejército del Norte y problemas políticos del momento.

Cuando terminó el Congreso, fue electo representante de la Legislatura de Buenos Aires, fue camarista, presidente de la Cámara de Apelaciones y fiscal de Estado, falleciendo soltero en 1840.

Era un federal de nota y Rosas por decreto ordenó que lo enterraran en el cementerio del Norte y ordenó la construcción de un monumento en su honor. Para mí es un orgullo descender de esa familia.

Norberto Padilla, abogado, profesor de Derecho Constitucional, fue Secretario de Culto de la Nación. Es autor del capítulo sobre la Iglesia Católica entre 1963 y 1989 en la Nueva Historia de la Nación Argentina de la Academia Nacional de la Historia y es miembro del consejo de redacción de la revista Criterio. Como Colombres Mármol, también él desciende de dos congresales de Tucumán.

"Voy a hablar de dos, de José Eusebio Colombres y de Pedro Díaz Gallo. Lo pensé un poco como vidas paralelas. Colombres nació en Tucumán en 1778, Gallo, en Santiago del Estero en 1782. Como se dijo recién, en ambos casos los padres eran españoles. Hay un precioso cuadro del señor Colombres, José Ignacio Colombres, con uniforme y peluca, postrado a los pies del obispo José de San Alberto. (…)

Ambos estudiaron en Córdoba, en Monserrat, en la Universidad San Carlos, y se ordenaron sacerdotes. Colombres empezó su ministerio sacerdotal en Piedrablanca, Catamarca. Y ahí le tocó bautizar a alguien que dio nombre al departamento de ese lugar que es Fray Mamerto Esquiú; figura que yo espero sea alguna vez beatificado.

El padre Ernesto Salvia, que ha escrito un libro sobre Colombres, dice que era un pastor cercano que gozaba de gran estima y por eso fue tenido en cuenta desde los inicios del proceso emancipador.

La trayectoria de ambos –Colombres y Gallo- fue marcada por el compromiso con la patria naciente con diversas alternativas: cuando el Congreso de 1816 se traslada a Buenos Aires, Colombres decide quedarse. Fue designado cura de la iglesia matriz de Tucumán.

Pedro Gallo sí fue a Buenos Aires. Fue uno de los presidentes de turno del Congreso y, como Belgrano, creyó que la monarquía era la forma de gobierno capaz "de conciliar la libertad y la independencia, todos los intereses del país y poner término a una guerra larga y desastrosa".  Cuando cayó el Directorio (1820), la provincia de Buenos Aires ordenó detenerlos a él y a otros diputados por alta traición. Gallo volvió a su provincia natal (pero) no dejó la política, fue asesor, consejero y ministro del llamado "Feroz" Ibarra que era pariente de él por los Paz y Figueroa. Tanto, que le dio los sacramentos finales cuando Ibarra murió en 1851. (…)

Cuando llega Taboada después de la muerte de Ibarra a Gallo lo persiguen. Se va a Tucumán con un esclavo que se llamaba Justo Gallo al que matan en la partida, Pedro León queda herido porque trató de defender a su esclavo, un negro, que llevaba su apellido. Poco después ya de vuelta en Tucumán muere el 7 de febrero de 1852.

José Eusebio Colombres fue el iniciador de la industria azucarera en Tucumán, que tuvo como precursores a los jesuitas en Lules. Hoy su casa es museo. (…)

En 1855, en ejercicio del patronato, Urquiza lo propone al beato Pío IX como obispo de Salta (…) Pero el 11 de febrero de 1859, en Tucumán, falleció antes de que llegara la bula de su designación (…). Sin embargo en la catedral de Tucumán, donde están sus cenizas, leemos "obispo Colombres". Y Salustiano Zavalía en su entierro le dio un título envidiable para cualquier gobernante: "vencedor de la miseria".

Horacio Sánchez de Loria es abogado, doctor en Derecho y en Filosofía, miembro de la Academia Nacional de la Historia. Él también tiene dos congresales de Tucumán en su genealogía.

"Dos de los congresales de Tucumán pertenecen a mi familia paterna, Mariano Sánchez de Loria y Francisco Narciso de Laprida, que eran primos terceros. Laprida fue quien tuvo el honor de presidir la sesión del 9 de julio, cuando se declaró la independencia. Laprida fue licenciado en cánones y leyes por la Universidad de San Felipe, la más antigua de Chile. Y murió trágicamente en nuestras guerras civiles en Mendoza en 1829. Su también pariente, Jorge Luis Borges, le dedicó el "Poema conjetural".

Mariano Sánchez de Loria es un poco más cercano y además llevo el apellido. Fue diputado por Charcas, donde había nacido en 1774. Pertenecía por lo tanto al grupo de los diputados altoperuanos favorables a la federación bajo la forma monárquica y contrario al centralismo de Buenos Aires.

Mariano Sánchez de Loria, amén de primo tercero de Laprida, era tío de Domingo Faustino Sarmiento, tío tercero, porque la bisabuela de Sarmiento era María Sánchez de Loria. Y también tío de Salvador María del Carril, tío tercero de Salvador María del Carril, el vicepresidente de Urquiza, miembro de la Corte Suprema. Y primo cuarto del deán Funes por la rama cordobesa.

La tradición familiar decía que era un hombre muy piadoso. Y es cierto porque cuando el Congreso de Tucumán se trasladó a Buenos Aires en 1817 él decidió volver a Charcas y, ya viudo, se ordenó sacerdote y murió ejerciendo como párroco en Pocobamba, departamento de Potosí, el 2 de agosto de 1842.

Pienso entonces que es cierto lo que decía Nicolás Avellaneda sobre aquel Congreso, que fue "patriota y religioso", el más religioso de los congresos argentinos, porque quiso cimentar el país sobre roca y no sobre tierra arenosa."

[Extractos de las intervenciones de los autores en el panel sobre el Bicentenario que tuvo lugar el pasado 5 de julio en el Cudes]

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