El padre de Güemes era español, de familia noble, aunque pobre, nacido en el caserío de Abionzo, en el valle de Carriedo, a 400 metros sobre el nivel del mar. Desde mediados del siglo XVIII, ese sitio formaba parte de la región de Cantabria. Los pobladores participaron de audaces empresas navales –bajando de las montañas- y participaron de la toma de Granada por los Reyes Católicos.
Don Gabriel Güemes Montero, hijo de Manuel de Güemes Montero y Francisca de la Bárcena Gómez Campero y Zorrevilla, fue funcionario de la Corona española. Ingresó en la Real Tesorería de Madrid y se incorporó a la copiosa burocracia del imperio español. Allí se destacó y lo nombraron tesorero oficial real de las Cajas de San Salvador de Jujuy, en la Gobernación del Tucumán. El despacho está firmado en el Palacio del Pardo el 3 de marzo de 1777.
Don Gabriel Güemes pidió dinero prestado para viajar, ya que no era rico, y llegó a Buenos Aires para luego cruzar el vasto territorio virreinal. Se presentó en Salta en enero de 1778, acompañado por destacados vecinos de la ciudad: coronel Antonio de Figueroa, Juan Adrián Fernández Cornejo, Pedro Lucas de Allende, Félix Apolinario Arias Rengel, Fernando de Torres y Francisco González y San Millán, que aportaron fianza de 500 pesos cada uno. De este modo, don Gabriel no necesitó probar solvencia, como era de rigor. No la tenía.
Se entregó con honestidad ejemplar a sus tareas burocráticas, pasó luego a Jujuy como responsable de tesorería y más tarde se casó con una de las niñas jujeñas más festejadas: María Magdalena de Goyechea y de la Corte. Sus padres poseían una de las mayores fortunas de la región. El suegro de Gabriel era don Martín Miguel de Goyechea y Argañaraz, con una larga carrera al servicio del rey. Era maestre de campo (coronel) en el plano militar, alcalde ordinario, procurador general, alcalde de la Santa Hermandad, teniente de gobernador, justicia mayor y capitán a guerra de San Salvador de Jujuy, dueño de la encomienda de indios del pueblo de San Rafael de Sococha, que le brindaba poder, prestigio y recursos. Tenía grandes estancias, donde proliferaba la hacienda vacuna y se engordaban mulas. En efecto, la exportación de mulas al Perú y Alto Perú (Lima estaba muy cerca y gravitaba más que Buenos Aires) era una gran fuente de recursos, así como el trabajo de los indios que eran encomendados junto a determinada tierra, por ser sus pobladores.
Don Gabriel y María Goyechea se casaron en 1778 y tuvieron ocho hijos. Uno de ellos fue Martín Miguel de Gúemes. La carrera burocrática de don Gabriel siguió creciendo.
Un certificado del intendente de Salta, brigadier Andrés Mestre, destaca los méritos de don Gabriel como ministro tesorero. Mestre había actuado con crueldad en la represión del alzamiento de José Gabriel Condorcanqui, Tupac Amaru II. En esta represión, elogia también el papel digno cumplido por Gabriel Güemes, combatiendo la llamada "sublevación de la plebe". Este era el perfil de los padres de Güemes. En cuanto a las palabras Tupac Amaru, han recobrado actualidad merced al accionar de Milagro Sala y, naturalmente, a la aventura uruguaya de los "tupamaros", cuyo nombre se deriva de los mismos vocablos.
Güemes, el muchacho, trabajó también en la tesorería española y se incorporó a los 13 años al Regimiento Fijo de Buenos Aires, optando por la carrera militar y no por la de hacendado. Tuvo que trasladarse después a Buenos Aires, donde en 1805 comienzan a circular las ideas de libertad y corren rumores de invasión inglesa.
A esta altura, Güemes ya pertenecía al bando criollo y había dado la espalda a su familia española, como tantos otros patriotas
Mucho más tarde -7 años- Güemes participaría del Ejército del Norte y, tras algún altercado con José Rondeau, volvería a Buenos Aires para colaborar con José de San Martín. El Libertador le vio condiciones para realizar en Salta la llamada "guerra de recursos", hostigando al enemigo sin ofrecer batalla. A esta altura, obviamente, ya Güemes pertenecía al bando criollo y había dado la espalda a su familia española, como tantos otros patriotas. San Martín consideraba que, mientras se realizaba el cruce de los Andes, no tenía sentido intentar la conquista del Alto Perú (actual Bolivia) sino sólo realizar acciones de contención para que los realistas no se vinieran hasta Córdoba. Para ello recurrió a Güemes, que ejercía fuerte autoridad sobre los paisanos, posiblemente por su don de mando familiar. Y cumplió valientemente con esa tarea, de poco lucimiento exterior. Fue incansable. Murió en una emboscada.
Esta es la historia -hay mucho más, pero queríamos subrayar el dato de su origen- de Martín Miguel de Güemes, a quien equivocadamente se tilda de gaucho, y representa emponchado como un arriero en numerosos grabados. Entendemos que nunca fue gaucho, ni hombre de campo, sino un militar de carrera, el hombre que don Miguel Ángel de Marco llama "Padre de los Gauchos, Mártir de la Emancipación". Esto no va en desmedro de Güemes, que fue uno de los Padres Fundadores de nuestro país junto a San Martín, Belgrano, Alvear, Sarmiento y Roca, pero intenta deshacer una confusión, ya que Güemes no realizó tareas de campo, no administró haciendas ni fue domador de potros. Protegió a los gauchos, sus subordinados, mas no fue uno de ellos.