Gustavo Petro, presidente de Colombia, emitió un trino que ha causado controversia en el ámbito político nacional. Ante lo dicho por el primer mandatario, el senador Humberto de la Calle publicó en su cuenta de X un trino en el que califica como “inaceptable” la reunión del presidente en la Corte Suprema de Justicia.
Según de la Calle, la elección de la fiscal general debe llevarse a cabo en un ambiente de total libertad. Además, sugiere que las recientes marchas en el país tienen su origen en el propio gobierno, insinuando el uso de un “fantasma de golpe imaginario” para ejercer presión sobre la Corte.
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“El trino del Presidente Gustavo Petro, después de la reunión con la Corte es inaceptable. La Corte debe cumplir con su facultad de nominar al Fiscal en un ambiente de libertad. Es inocultable que las marchas se originan en el Gobierno. El Presidente es dueño de sus temores pero francamente se está utilizando el fantasma del golpe imaginario para presionar la Corte”, fueron las palabras del senador.
El corazón del conflicto reside en cómo la declaración del mandatario se interpone en la independencia y funciones de la Corte Suprema, cuya responsabilidad es nominar al fiscal general sin injerencias externas. Este incidente ha intensificado el debate sobre la separación de poderes en Colombia y el papel de las marchas populares en el escenario político actual.
La alusión a un golpe imaginario por parte de Petro ha sido interpretada por algunos sectores como una estrategia para desviar la atención de las críticas y problemas internos de su gestión.
Analistas y expertos en derecho constitucional han expresado su preocupación por las implicaciones de tales declaraciones en la autonomía de la judicatura y en el proceso democrático del país. Estas tensiones surgen en un momento en que Colombia enfrenta desafíos significativos tanto en el ámbito político como en el social, destacando la importancia de preservar el respeto entre los poderes del Estado.
Así como Humberto de la Calle, la senadora Paloma Valencia también mostró descontento ante las declaraciones y llamado a la manifestación que hizo el primer mandatario. “Los maestros deben dar las mejores clases que puedan a los niños. Como siempre. No organizar mítines, ni hacer ningún tipo de coordinación política. Presidente Gustavo Petro, lo que propone va en contra del derecho fundamental a la educación y sin duda es inconstitucional”.
Por su parte el también senador, Miguel Uribe Turbay señaló que: “La doble moral e hipocresía de Petro: Un día invita a protestar en contra de la Corte Suprema para presionar a los magistrados con el fin de adelantar la elección del fiscal. Al día siguiente, se reúne con el presidente de la Corte y pide respeto por las instituciones. La Corte Suprema es independiente y no debe responder a presiones. La ciudadanía debe rodear a los magistrados. Respeto total al estado de derecho y a la separación de poderes”.
Qué dijo Petro
El trino del presidente Petro en su cuenta de X fue: “Reunidos con el presidente de la Corte Suprema de Justicia, con el magistrado Gerson Chaverra, presidente de la Corte y su vicepresidente: Octavio Tejeiro. Un gobierno progresista no atacará la justicia pero si a la impunidad. El progresismo es básicamente justicia, ciencia y poder popular. Por eso la situación actual no debe dirigirse como una presión a las cortes. La presidencia ha solicitado organizar las coordinadoras de fuerzas populares en cada municipio y departamento. Todo intento de golpe o violencia será respondido por la movilización popular general. El movimiento popular debe ganar más capacidad de decisión y poder en este gobierno. Le solicito al magisterio ayudarnos a organizar las coordinaciones de fuerzas populares”.
En respuesta a estas afirmaciones, voces dentro de la sociedad civil y el ámbito político han llamado al respeto mutuo entre las ramas del gobierno y a la necesidad de diálogo constructivo para abordar los retos que enfrenta la nación. La situación subraya la complejidad de la política colombiana y el delicado equilibrio que debe mantenerse entre las aspiraciones del ejecutivo y la autonomía de las instituciones judiciales.
La controversia suscitada por el trino presidencial continúa desarrollándose, marcando un episodio más en la intensa dinámica política colombiana. El debate se centra ahora en cómo reconciliar las diferencias entre el gobierno y la judicatura para avanzar en la consolidación democrática y el estado de derecho en Colombia.